OCARU
Soy Nancy Huaca, campesina agroecológica y dirigenta de la Red Agroecológica de Loja y la Comisión Nacional de Agroecología.
En Loja, ¿cómo se está viviendo la pandemia del coronavirus en el campo?
En Loja la situación es preocupante, como en el resto del país. Tenemos dos preocupaciones principales: primero el tema de la movilización. Por las restricciones no podemos movernos mucho de las zonas rurales a las urbanas, entonces no se puede llevar la producción. Segundo, es el miedo al contagio. Muchos no quieren ir a los mercados.
Nosotros somos parte de una organización de base, entonces tenemos la ventaja de recibir apoyo del Municipio con el transporte para entregar nuestras canastas agroecológicas. Pero las personas que no son parte de organizaciones están a la deriva. Eso son los productores que caen en manos de los intermediarios. Muchas veces gente urbana que tiene el RUC para transportar víveres y artículos de primera necesidad, llega a las parroquias para comprar los productos a los campesinos.
Para ustedes, los y las productoras campesinas, ¿qué ha cambiado en este tiempo de pandemia?
Con respecto a la comercialización, en Loja antes de la pandemia teníamos ferias todos los días de la semana, en diferentes puntos de la ciudad. La feria agroecológica incluso se hacía cuatro días a la semana. Pero ahora las ferias están prohibidas. Por eso empezamos a vender nuestros productos en forma de canastas. Sentimos que la gente ha tratado de visibilizar un poco más el trabajo que hacemos desde la producción campesina. Ahora no es raro ver en las redes sociales un mensaje que diga: «¿a quién se necesita más, a uno que busca oro o un campesino que produce alimento?». Entonces, parece que la gente de las ciudades está valorando más el tema de la producción. Por otro lado, nosotros en el campo también hemos mirado lo valioso que es tener nuestros aliados en la ciudad, porque si no, ¿qué hacemos con nuestra producción, si la gente en la ciudad no demanda los productos?
Y, ¿qué ha cambiado en la vida en los hogares?
Ahora que los hijos no pueden ir a la escuela, hay que reactivar las clases que teníamos antes en la casa. Aquí en el sector rural eso significa recuperar conocimientos sobre cómo se hacía una costura, cómo se aliñaba mejor una carnecita, o cómo cuidar mejor los animales. En ese sentido creo que puede ser beneficiosa la cuarentena, al estar todos guardados trabajando en equipo. Sin embargo, no es como en la ciudad donde no se puede salir. Aquí no puedes quedarte en la casa, no se puede elegir eso. Si no, ¿quién está con las gallinas? ¿Quién trae los alimentos de los cuyes? ¿Quién cambia de lugar a las vacas? ¿Quién deshierba la chacra? ¿Quién cosecha? Son realidades distintas entre campo y ciudad.
Entonces, ¿ahora hay una mayor transferencia de conocimientos dentro del hogar?
Sí, es un buen espacio para hacerles participar a los hijos, para que tengan ese vínculo con la tierra y reforzar sus conocimientos de la huerta. Al final de cuentas, vemos como en las ciudades todo está saturado, todo es complejo. Entonces queremos que ellos puedan tener esta opción de volver al campo, de sembrar su propio alimento, de tener sus propios animales, generar independencia y autonomía desde los mismos recursos que te brinda la tierra. En estos momentos, este tipo de reflexiones vale mucho porque la gente que ha emigrado dejando sus tierras, a veces incluso vendiendo sus tierras, se ha quedado en la comodidad de la ciudad y ahora les hace mucha falta. Los que habían abandonado el campo, ahora han retornado. No sé si se vayan a quedar en el campo después de la cuarentena, pero han visto que tener el alimento y tener la vida más tranquila del campo es valioso.
¿Cómo han cambiado las prácticas de los cuidados durante la cuarentena?
Sabemos que la pandemia es más peligrosa para las personas de la tercera edad. Pero en el sector rural, las personas de la tercera edad – hablando de mayores de 60 años – tienen un rol importante dentro del cuidado. Son los que están protegiendo a los niños, cuidándolos y alimentándolos. Al mismo tiempo, las mujeres tenemos el rol de cuidar a todos los miembros familiares, por ejemplo, con el tema de la alimentación y por eso nos alejamos de espacios concurridos. En consecuencia, ahora son más los hombres quienes salen a las ciudades con la producción agrícola y los que van a los mercados a hacer las compras. En el tema de salud, seguimos siendo nosotras las mujeres las que nos encargamos de combatir cualquier gripe que llegue, para que se aleje de la familia, de la casa. Pero no sólo cuidamos a las personas más cercanas, sino también estamos pendientes de los vecinos. Tal vez una vecina que esté sola y no tiene quién le haga las compras. Entonces el rol nuestro, más femenino, es este de mirar alrededor.
¿Cómo miras el accionar del gobierno frente a la agricultura campesinas en este momento?
Nosotros como sector campesino, como sector de producción, seguimos invisibilizados por el Estado. Porque a pesar de que estamos haciendo todos los esfuerzos por llevar alimentos a la ciudad, no se muestran datos ni cifras de todo el trabajo que hacemos. Entonces se trata de plantearle al gobierno de que mire más allá de las pretensiones políticas de desaparecer a los campesinos a través de las leyes, y reconozca cuál es la verdadera labor que hacemos. Hasta ahora no han dicho públicamente qué cantidad de producción se está moviendo a nivel de país, de producción interna, producción local. Deberían mostrar cuánto está moviendo la agricultura familiar campesina, quiénes somos los que estamos manteniendo la producción. Entonces creo que después de la cuarentena deberíamos hacer una demanda al respecto. Aquí no hay presencia del gobierno, como ha sido siempre. ¿Dónde estaba el Ministerio cuando tenía que hacer los controles de calidad, de seguridad, de higiene? No asomó.
Sería bueno que el gobierno nos diera una tregua por tanta ley que se viene, como el reglamento sobre los sistemas participativos de garantía, o la ley de inocuidad y sanidad. Para tener un respiro frente a tanto acoso de parte del Estado hacia la producción campesina.