Mi nombre es Fany Salazar, soy de Ibarra. Soy la representante de la feria agroecológica “Siembra por la vida” que funciona desde hace dos años aquí en el mercado de Carcelén.
Cuéntanos un poco de la historia de esta feria
Esta feria se crea con ayuda de algunas organizaciones. En Cayambe son más afortunados porque casi siempre han tenido apoyo, tanto del Gobierno como de instituciones de fuera del país, y ellos ya estaban capacitándose para la producción orgánica. De ahí hubo una compañerita que es de Ibarra, que más o menos por curiosidad vino para acá y se hizo amiga. Entonces ahí fue cuando ella nos invitó a los que somos de Ibarra a venir a la feria. Ella nos dijo que se va a hacer una feria en Quito y que vayamos a ver qué tal.
Empezamos a trabajar en el parqueadero de la Súper Manzana C. Allí nos ayudaron con carpas, pusieron la publicidad, nos dieron mesas y manteles para que podamos venir, e inclusive nos ayudaban al inicio con un bus. Nos cubrian una parte de la cantidad y nosotras la otra parte para poder traer los productos. Pero después se acabó el presupuesto y ya no nos pudieron ayudar.
¿Reciben apoyo del Gobierno?
Todo el tiempo son promesas y promesas… Que van a hacer una cosa, que van a hacer otra cosa. Que van a dar crédito. ¡Y nada!. En Imbabura no hay apoyo, nosotros tenemos el Ministerio de Agricultura, pero ni llamándoles vienen. Supuestamente hay técnicos en lo que es ganadería. Pero no, no tenemos esa ayuda.
Por ejemplo, hay una técnica que está encargada de nuestra zona. Se supone que ella va a enseñarnos a podar y todo. Mi mami se moría de las iras porque le dan podando un aguacate, y el aguacate se seca. O sea, ¿cómo confío? Y para que el aguacate esté del porte que estaba cuánto tiempo pasó, tres o cuatro años, ¿y para qué? Para que le maten.
¿Usted qué produce?
Mi fuerte son las gallinitas de campo. Yo empecé en la terraza de mi casa porque yo tengo mi casa en la ciudad, pero tenemos la tierra fuera de la ciudad. Estamos a una hora y media a las afueras de Ibarra.
Antes de la pandemia yo tenía como treinta gallinitas en la terraza, y en la temporada de pandemia fueron las gallinas las que me salvaron porque ellas ponían los huevitos, y yo no compré un solo huevo. Más bien venían los vecinos y me preguntaban si tenía huevitos, y así yo iba vendiendo.
Yo les vendía a ocho, nueve, o a diez centavos. A lo que vendían en la tienda. Y después poniéndome a pensar digo no, no es lo mismo… Ahí es cuando empecé a meterme más en esto y a crecer más.
En mi terrenito siempre tuve gallinas, pero tenía unas cincuenta, unas sesenta. De eso se recogía y se vendían los huevos, pero en cambio ahora ya están como unas seiscientas gallinas. Y eso que me tocó rebajar por un problema de salud. Me tocó alejarme y estar solamente en reposo, pero ahorita estoy volviendo a retomar.
Lo mío son los huevos, el queso, las truchas, y lo que son las gallinitas de campo. Yo marco esa diferencia. Pero el trabajo no ha sido sencillo, pero aquí estamos. Y seguiremos hasta cuando Dios nos ayude.
¿Cómo es el trabajo, el apoyo entre ustedes?
Siempre hemos hablado que debemos apoyarnos, que debemos trabajar juntas, que debemos salir como grupo. Porque si no estamos unidas, qué va a ser de nosotras, o sea, siempre tenemos que jalar todos para un solo lado. Por ejemplo, el próximo proyecto que se viene es la apertura de una feria en Cumbaya. Entonces yo les dije: vamos todas o no se va ninguna.
¿Cómo está integrada ésta feria?
El compañero de las flores es un hombre. Pero la mayoría somos mujeres. Nosotras tenemos que ser sinceras. Nosotras venimos de comunidades indígenas, descendientes de indígenas… Entonces en las comunidades indígenas, ¿qué es lo que aprendemos desde pequeñas? Nosotras tenemos que cocinar, nosotras tenemos que lavar, nosotras tenemos que trabajar y nosotras somos las que tenemos que organizar todos los productos para lo que es la casa.
Entonces nos hemos quedado con eso y pienso que es por eso que la mayor parte son mujeres. Y aquí solo hay dos varoncitos, el resto somos mujeres.
¿Cómo combinan su trabajo en casa con el trabajo fuera de casa?
Yo me organizo así. Domingo, lunes y martes estoy en la propiedad. El miércoles y el jueves estoy en mi casa. El jueves estoy en casa, pero estoy preparando los productos para vender. Lo que es la leche, se viene trayendo lo que es la trucha. Voy separando para lo que son los quesos, o si voy a hacer yogur, voy separando si es que voy a traer leche entera, si es que voy a sacar nata o crema. Todo se tiene que preparar.
A la trucha por ejemplo la tengo que desviscerar. Eso se hace por medidas de asepsia, para que las cosas vengan sin ningún inconveniente. Para no tener ningún problema de que tal vez se contamine la carne. Una por eso y otra por limpieza. Para que nadie tenga queja de nada, y venga también con una mejor presentación que es lo que yo he buscado.
También es importante conversar con los hijos. Ellos saben que los días que yo no voy a estar, o cuando me ausento no es porque yo quiera, sino porque yo tengo que estar en la propiedad. Y yo les digo a ellos: ustedes son mis hijos, pero de igual manera también son mis hijas las gallinas, son mis hijos los cuyes, tengo los borregos, tengo las vacas… Ellos también son mis hijos, ellos también comen, ellos también me necesitan. Entonces al inicio fue un poquito difícil, pero después se fueron adaptando. Y también es una oportunidad para que ellos aprendan. Tienen que ser autosuficientes.
¿Y cómo miran los hombres de sus comunidades su trabajo fuera de casa?
Sí hay un poquito de cambio en los hombres del campo. Ya que al nosotras salir, trabajar y llevar dinero es también ayudarles. Es ayudarnos mutuamente. Como bien dicen: con las dos manos se lava la cara.
Para nosotras hay un ingreso más fuerte al vender directamente al consumidor y no al intermediario, porque yo puedo fijar un precio que sí me represente, en lugar de regalar mi trabajo en un mercado mayorista. Ni siquiera muchas veces se saca para el pasaje, peor para poder comprar una carne, un pollito, o una golosina para mis hijos.
Vendiendo a los mayoristas no voy a poder darles educación a mis hijos, entonces es por eso que nos lanzamos a las ferias. Nosotras preferimos la feria porque podemos vender directamente y tener un mayor ingreso. Y tal vez es por eso que muchos de los esposos y de los hijos apoyan. Yo sé que es un sacrificio porque es todo un día que nosotras salimos de la casa para la ciudad, pero es algo que nos va a beneficiar a toda la familia.
Ustedes no utilizan químicos para producir. ¿El producir agroecológico marca una diferencia en sus productos?
Las compañeras cosechan la fruta el jueves en la mañana, y todo lo que son verduras y hortalizas en la tarde. Esa es la diferencia más grande que tú vas a encontrar aquí y que los clientes han encontrado.
Cuando tú vienes en la mañana, y las compañeras empiezan a sacar su producto, tú sientes un olor diferente. No es como cuando se entra a un supermercado y está todo enfundado y con preservantes para que no se dañe. Todo lo nuestro viene fresco y es sano. Una diferencia sería esa, la frescura. Otra es que al ser un producto agroecológico el sabor es diferente.
Es un producto fresco, limpio, sano y garantizado. Nosotros podemos garantizar, y la gente puede garantizar también cuando viene a nuestras parcelas, a nuestras granjas.
Entonces siempre habrá una diferencia. Te doy un ejemplo con el último mote que se llevaron. Ese no es un mote cocinado en gas, es un mote cocinado en leña. Al cocinar en leña puedes tener el producto en la refrigeradora sin congelar hasta 15 días, y ese mote no se daña.
¿Sus productos tienen algún nombre o marca?
Sí, “Granja Agroecológica Delia María”. Desde la próxima semana ya vienen con ese nombre. Yo le puse ese nombre por mi mami.
¿Cuál es la dificultad más grande que enfrentan?
La dificultad más grande para nosotras es el precio. Sí, porque supuestamente nuestros productos son más caros. Es verdad que hay una diferencia, pero ese valor no es tan alto. Como te decía aquí encuentras todavía cosas de veinticinco o treinta centavos. Pero la gente sabe decir: allá está más barato, y a mí me toca explicarles que lo otro es un producto convencional, mientras que lo que nosotras producimos es agroecológico.
Entonces se ha tenido que educar a la gente. Y educarlos para que aprecien y consuman nuestro producto sí nos ha costado.
A veces tenemos que explicarles, por ejemplo con el chocho, que se trata de un grano que yo le tengo que sembrar y después cosechar. Luego tengo que golpearle hasta que salga el grano. Después secar el grano y cocinarle. Luego yo tengo que desaguar el chocho cinco días y finalmente llega a las manos del cliente. Por todo eso es un chocho diferente en todo sentido.
En cambio el chocho que usted compra allá, ¿usted cómo sabe de dónde viene? ¿Cómo fue el procedimiento de siembra y cosecha? No se sabe si ese chocho vino del Perú, vino de Colombia, pero en cambio nosotras sí le podemos decir todo sobre nuestros productos. Y educar en todo eso a nuestros clientes ha requerido de paciencia.
Eso considero que tambien ha sido el reto más grande. Educar a la gente para que consuma nuestro producto, el por qué debe consumirlo, y el por qué muchas veces podría costarle un poco más que el producto convencional.
¿Entonces sus productos son sinónimo de salud?
Sí, porque son productos sanos. Nuestros productos no tienen fungicidas ni preservantes. Mi yogur es un yogur natural. Yo lo hago sin preservantes, sin colorantes. Solamente vienen con una mermelada o con un dulce de alguna fruta que, de igual manera, fue cosechada y procesada orgánicamente, agroecológicamente.
¿En qué está innovando / diversificando ahora?
Los deshidratados. Cuando es temporada traigo durazno deshidratado, frutilla, mora, tomate cherri, lo que se me ocurra deshidrato y traigo. Estas sales, por ejemplo, están hechas con laurel. Son de los arbolitos de laurel que se tiene, cojo las hojas y pongo a deshidratar. Se muele y se mezcla con sal marina. El laurel es bueno para los triglicéridos, el colesterol. Cuando tú sazonas tu carne con esto, aparte de un buen sabor también te estás curando, previniendo una enfermedad.
¿Qué inconvenientes han tenido para sostener la feria?
Sí, hemos tenido inconvenientes. Al inicio con los señores del mercado, pero nada que no hayamos podido solventar. La feria funciona dentro del Mercado de Carcelén, y al principio las personas del mercado ponían sus reglas y nosotras teníamos que acatarlas. Todo mejoró cuando llegó un director nuevo. El señor aclaró que el mercado es del municipio y definió el espacio que le corresponde a la feria y lo que le corresponde al mercado. Y por suerte desde ahí las reglas han quedado claras.
¿Pagan algún valor por el uso del espacio?
Lo único que nosotras pagamos es por utilizar el espacio. Un dólar semanal por cada puesto. Más o menos somos dieciocho personas, se paga los dieciocho cuando estamos todas. Si estamos menos se paga menos. Eso y cincuenta centavos adicionales para pagar la publicidad. Nada más.
Lo malo es que este año no pudimos hacer el Inti Raymi, y creo que no lo vamos a hacer. Pero nosotras aquí generalmente siempre hacemos. Hemos hecho el Mushuk Nina cuando empezamos la cosecha de granos tiernos. El Inti Raymi se hace en septiembre, en temporada de cosecha de granos secos. En eso también quedamos, en rescatar todas nuestras tradiciones, cultura, entonces sí, es un logro grande que se consiguió y me siento orgullosa del camino que hemos hecho y poderles representar.
¿Cuándo habla de diversidad a qué ser refiere?
Tener más productos elaborados, pero tambien diversidicar la siembra. Sembrar más productos. Por ejemplo aquí tú encuentras hasta cuatro variedades de lechuga, pero quisiera incluir tres más porque son productos nuevos que llaman la atención.
Ahorita veo que solo hay col redonda, pero yo quisiera que también estuviese la col corazón, la col seda… Que no haya faltante, que siempre haya esa diversidad. No solamente en productos transformados, sino también en los productos que sembramos.
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Notas
[1] Créditos:
Entrevistadora: Gabriela Vanegas Carrera.
Corrección y edición de texto: Esteban Daza, Gabriela Vanegas Carrera.
[2] Feria agroecológica ‘Siembra por la vida’.
Horarios Carcelén: 05:00 – 12:00
Ubicación Carcelén: https://maps.app.goo.gl/ebQ2s6EJ7ynCtPMg9
Horarios Cumbaya: 06:00 – 12:00
Ubicación Cumbaya: https://maps.app.goo.gl/nZkmaaLsNF8MTjmBA