OCARU
Por Valeria Recalde, basado en una entrevista con Anahí Macaroff.
Este 18 de febrero de 2020 se llevó a cabo una charla sobre la importancia de los mercados y ferias para el sistema agroalimentario y la soberanía alimentaria de Quito, como parte de un proyecto de formación en el Mercado Santa Clara. Anahí Macaroff, integrante del colectivo de investigación “Red de Saberes”, expuso los argumentos principales de la investigación “Mercados y Ferias alimentan la ciudad de Quito”.
Según Macaroff, Quito es una ciudad con una tradición histórica de mercados de comercio popular e indígena. Estos se ubicaban en plazas y ferias alrededor de la ciudad donde se comerciaba al aire libre. Sin embargo, en los años cincuenta se impulsa una política municipal para sacar a los mercados de las plazas y moverlos a edificios cubiertos. Durante esta época recibieron mucha inversión, que se mantuvo constante hasta la década de los noventa durante el neoliberalismo, cuando bajó la inversión drásticamente.
Macaroff relató que “se abandonan los mercados, empieza a retroceder el Estado y los comerciantes mismos tienen que hacerse cargo—antes el Estado pagaba los servicios ahora pagan ellos mismos. Los mercados empiezan a ser vistos no como una inversión para la ciudad sino como un gasto”.
Otro golpe que sufren los mercados se da durante la década anterior, cuando las políticas públicas se orientaron hacia el aumento del consumo interno, provocando un crecimiento exponencial para los grandes supermercados. Así, estos logran aumentar el número de sucursales, que se colocaron estratégicamente frente o al lado de los mercados, dada la ausencia de una política de uso de suelo. Además, los supermercados disputan los clientes colocando descuentos en la fruta y verdura el mismo día en que hay feria y llegan productos frescos y baratos a los mercados.
Con esto, Macaroff resaltó la importancia de que los mercados sobrevivan la expansión de los supermercados, por las consecuencias negativas en la generación de trabajo y la salud de los consumidores. En primer lugar, los supermercados generan solamente el 10% del trabajo que generan los mercados, porque los mercados son una cadena que da trabajo a pequeños y medianos productores. Según el INEC (2012) las personas empleadas por supermercados fueron 28mil mientras los comerciantes autónomos emplearon a 227mil personas. Además, los supermercados siendo un oligopolio, concentran las ganancias en tan solo cinco grandes empresas.
Macaroff argumenta que “más que generar empleo hay que cuidar las fuentes de trabajo, y por lo menos un 70% de los alimentos frescos que comemos todavía se producen en fincas medianas y pequeñas nacionales. Esta producción, por la discontinuidad o la forma, no tienen las capacidades de entrar en los supermercados, y se distribuye en los mercados y ferias”.
En segundo lugar, la importancia de que los mercados sobrevivan tiene que ver con la salud de los consumidores. Macaroff explica que a pesar de que todavía utilizan agrotóxicos, los medianos y pequeños productores usan menos que la agroindustria, por lo tanto, los alimentos de los mercados son más limpios.
Además, los supermercados modifican la dieta ya que el espacio destinado para alimentos frescos en los supermercados es cada vez menor, mientras que en el mercado es al revés. “Esto tiene implicaciones directas en la salud y la posibilidad de prevención de enfermedades por la alta cantidad de alimentos procesados y ultra procesados que ingresan a las ciudades; además de la basura que generan los supermercados con los empaques”.
Santa Clara es un mercado muy particular, ya que fue uno de los primeros mercados cubiertos de Quito, pero también uno de los primeros en enfrentar la apertura de un gran supermercado (Santa María) en su puerta. A pesar de esto sobrevivió, según Macaroff, porque es un mercado que recibe mucho turismo por el área de comidas.
La charla resaltó estrategias para sobrevivir la expansión de los supermercados. Por un lado, significa exigir política pública de cuidado, generar espacios de consumidores interesados en productos limpios o agroecológicos y construir una relación con sus consumidores. Una de las ventajas importantes de los mercados es que puede existir un intercambio directo “la ventaja es hablar, explicar porque no usar fundas, pedir a las personas que usen canasta o bolsas de tela” explica Macaroff.
Pero por otro lado, Macaroff resaltó la importancia de trabajar junto a otros mercados ya que “Son como un sistema, no funcionan independiente. Si se expanden los supermercados en toda la ciudad, no afecta a uno, sino a todos los mercados y a los consumidores”. Además, porque los mercados grandes como San Roque y el Mayorista abastecen los mercados medianos y las tiendas de barrio, son interdependientes y deben articularse para trabajar juntos y así mantenerse.