IEE/OCARU
Defensor de derechos humanos y defensor de la vida. Jorge Acosta es el Director General de la Asociación Sindical de Trabajadores Agrícolas Bananeros y Campesinos (ASTAC). Acosta conversó sobre su trayectoria como dirigente sindical, tras las amenazas que recibió el pasado mes de febrero en Ecuador.
Una mañana de finales del mes de febrero, el Instituto de Estudios Ecuatorianos habló con el dirigente. Tranquilo y seguro de su labor, nos contó sobre la conformación y acciones de ASTAC, organización que vela por los derechos de los trabajadores rurales en el Ecuador.
Ante la necesidad de una proyección internacional, ¿en qué contexto se da la relación de ASTAC con las organizaciones y medios de comunicación europeos?
En 2009, el canal Al Jazeera hizo un reportaje con nosotros. También hubo un documentalista, Jason Glazer, norteamericano, que realizó una película llamada: «Sangre, Veneno y Muerte», sobre todo el eje bananero desde Guatemala hasta Ecuador.
En 2012, Frank Brazzel estaba concluyendo una investigación con el Sipae. En esa investigación habían reunido a 50 trabajadores pero tuvimos un total de 200 trabajadores para la entrevista. Quedaron totalmente sorprendidos sobre la capacidad de convocatoria de ASTAC.
Además, se produjo un reportaje que demostró cómo a pesar de que exista la ley, no se controla el uso de plaguicidas. Una anécdota importante fue que el periodista Michael Ritcherd, cuando estábamos en una tienda común donde venden plaguicidas, hizo una prueba; puso una cámara a un lado y le dio a un niño 20 dólares indicándole que fuera a comprar un plaguicida de franja roja. El niño fue y la señora le vendió; todo fue grabado y el periodista alemán divulgó el vídeo provocando un alto impacto.
También vino un canal holandés, el DAHL y nos dijeron: «nosotros venimos a investigar cuáles son las condiciones de trabajo de ustedes, porque el supermercado Jumbo de Holanda vende los bananos muy baratos»; ése fue el primer acercamiento en el que evidenciaron la situación de los trabajadores e hicieron un reportaje sobre el tema allá.
¿Por qué tanto interés por parte de los medios de comunicación europeos?
Creo que los europeos han visto que nosotros nos hemos mantenido; somos, hasta cierto punto, hasta radicales en nuestra posición y eso es lo que les llama la atención.
¿Qué surgió tras la resolución de la Defensoría del Pueblo en 2012?
En tal resolución se ratificó lo que nosotros como Coordinadora de Trabajadores de Trabajadores Bananeros habíamos enunciado. Este hecho les llamó la atención a FOS (Federación de Organizaciones Sociales) y, sin ser parte o coparte de ellos, nos ofrecieron hacer una difusión de los resultados.
En 2013, FOS nos solicitó que hiciésemos un documento donde incluímos nuestros tres ejes temáticos: derechos laborales, equidad de género, derechos de la naturaleza y que el sindicato sea una institución que represente a los trabajadores representando un soporte para ellos.
Desde Ecuador, ¿cuáles fueron las acciones de apoyo?
Con Pablo Fajardo hicimos un seminario taller en Quevedo, donde hubo 200 trabajadores entre la provincia de Los Ríos y El Oro, donde se dieron a conocer testimonios y hechos en una rueda de prensa.
En el momento presente, ¿cuál es la demanda principal en la que se encuentra ASTAC con la OIT?
Nosotros hemos alimentado una demanda permanentemente. El gobierno hizo una sola exposición, una sola argumentación; nosotros dijimos: «cómo es posible que se reconozca al sindicato de los trabajadores remunerados del hogar y no a ASTAC». Entonces el gobierno argumentó que ése era un asunto especial. Entonces la OIT le dijo que no tiene nada que ver lo uno con lo otro.
En marzo de 2017, la OIT mandó un informe preliminar pidiéndole al gobierno que registre a ASTAC. Según informaciones, la última vez fue en noviembre y le han insistido al gobierno que si tiene algún comentario sobre el informe preliminar, que lo haga. Sin embargo, no lo ha hecho y estamos esperando a que en marzo se regule nuevamente el Comité y saque el informe final sobre nuestro registro.
¿Cuáles han sido las reacciones del Ministerio de Trabajo en Ecuador?
Nada. Nosotros hemos aportado y mandado la documentación pero no han hecho nada.
En relación a temas de capacitación, ¿cuáles son las estrategias de ASTAC con los diferentes actores?
Hemos estado recorriendo zonas bananeras, se ha ido afiliando trabajadores y se han dado capacitaciones. Desde mediados de 2014, comenzamos un proceso con FOS, proyecto que consiste en capacitar a los trabajadores.
Nosotros siempre hemos mantenido la idea de que el sindicato no puede únicamente trabajar en el tema de derechos, debe proveer al trabajador de la posibilidad de alguna oportunidad de trabajo, de prepararlo.
Es por eso que ASTAC entiende que debe tener su propia escuela sindical, definitivamente no puede ser de otra forma.
En este período que va desde 2008 al 2017, ¿cuál ha sido la situación de los trabajadores?
La situación de los trabajadores mejoró un poco. Nos atrevemos a pensar que hubo un 70% de afiliados frente a un 30% del período anterior. Pero poco a poco se ha ido regresando a las cifras anteriores; es decir, yo calculo que ahora estamos hablando de que un 40% de trabajadores están afiliados y un 60% no lo están.
Entonces, ¿podemos hablar de avances o retrocesos en estos 10 años?
El gobierno ha propuesto cosas como que, por ejemplo, trabajen medio tiempo y que se les afilie medio tiempo. Por ello, las empresas, si trabajan más de las 40 horas semanales pero los afilian por medio tiempo, buscan la forma de restar derechos a los trabajadores.
En ocasiones, hay trabajadores que están afiliados al seguro social pero luego descubren que no pueden acceder al servicio médico porque no se han realizado los aportes.
En el gobierno de Correa, ¿cuáles han sido tus impresiones sobre el sector sindical?
Nuestros datos demuestran que, durante el gobierno de Rafael Correa, los conflictos sindicales crecieron enormemente. Los sindicatos públicos, pero al mismo tiempo, las estructuras sindicales no lograron mayor ejercicio en una representación política interesante.
El problema radica en el conocimiento de la realidad actual; en el tema sindical de los trabajadores, de los dirigentes. Se mantienen ideas de siglos pasados sobre lo que es el sindicalismo. Es necesario buscar herramientas modernas de lucha. Pienso que somos una especie de guerrilleros, pero modernos, que actuamos con otras armas.
Cuando te refieres a otras armas, ¿cuál es la estrategia a seguir?
En alguna ocasión, un trabajador me dijo que hagamos una guerrilla. Si te das cuenta, en la guerrilla, lo que normalmente se hace, es afectar los negocios a través de los atentados y esas cosas; pero eso es ilegal, ilegitimo. Nosotros hacemos algo casi parecido, pero usando la ley. Hacemos uso de los contactos de afuera para evidenciar cómo son afectadas las empresas bananeras en nuestro país a través de sus negocios relacionados con Europa. Es algo así como un atentado, lo que sería un atentado en tiempos de guerrilla. Nosotros estamos haciendo esa forma de lucha, estamos afectando su negocio, obligándolos y presionando para que se sienten a conversar.
Y si ASTAC ha crecido como sindicato sin estar legalizado, ¿cómo explicas este hecho?
Nos hemos mantenido independientes del tema político, sin dejar de reconocer que somos políticos. Trabajamos en el sector de los trabajadores, con los trabajadores, no tenemos compromiso alguno con partidos o personajes de la política, porque ellos tienen sus propios intereses. Desde nuestras denuncias, nos hemos dedicado de lleno a trabajar y denunciar esté quien esté en el gobierno.
De ahora en adelante, ¿cuáles son los retos y desafíos de ASTAC?
Ahora queremos hacer una asociación sindical sólo de mujeres bananeras. Las mujeres tienen muy poca voz. Queremos hacer una organización sólo de mujeres, que representan el 30% de del sector bananero. Nos gustaría que vayan tomando poder, fuerza y que sean parte de un Comité Central de ASTAC donde estén representadas con voz y voto. Hasta el momento, cuando van con dirigentes pasan calladas y no dicen nada. Pero cuando se les reúne a ellas solas, ahí si hablan.
¿Y qué decir de la parte legal?
En la parte legal contamos con un abogado en la provincia de Guayas. Tenemos asesoría legal; uno de los servicios que damos en ASTAC y que, por el momento, se ofrece gratis. Lógicamente, si llega una demanda, el trato se establecerá entre el trabajador y el abogado.
En este momento, ¿cuáles son los elementos mas críticos de la estructura de la normativa laboral en Ecuador? (código laboral, acuerdos ministeriales)
El problema es de que no hay un conocimiento cabal de las tareas del trabajador. Por eso, nosotros hemos propuesto esta categorización del trabajo en el sector bananero.
Debe existir un código laboral que se ajuste a la realidad. Yo pienso que hay que modernizar todo, incluso el sector laboral. En el sector bananero debería haber una categorización del trabajo con unas condiciones de trabajo que sean justas. Pero tiene que pasar por una investigación que determine cuáles son las condiciones realmente justas y, a partir de eso, establecer cuál debería ser el salario.
FAO sacó un manual del trabajo bananero y ha incorporado algo muy importante: los riesgos psicosociales que son justamente los problemas emocionales que puede tener un trabajador frente a la explotación y frente al maltrato.
Dicen, «Ecuador es el país que tiene las exigencias más grandes en el sector», pero no las cumplen, pero incluso esas normas habría que revisarlas para ver qué es lo que se puede hacer.
Desde el Instituto de Estudios Ecuatorianos y el Observatorio del Cambio Rural, creemos que es necesario construir una vía sindical en el campo, ¿cuál es el futuro de los sindicatos en el campo? ¿Qué es lo que deberían pensar los sindicatos en el campo? ¿Cuáles deberían ser las condiciones para construir un sindicalismo rural?
Creo que hay que modernizar los temas por los que los sindicatos deben luchar. En el campo existe el desarrollo en torno a las grandes plantaciones. Ésto se ve como un modelo que debería incorporarse o desarrollarse más para mantener la economía del país. Con ello, implica que se afecte a la naturaleza, se afecte al medio ambiente, talando árboles, e incluso, hasta desviándose el curso de los ríos. También implica el uso de plaguicidas, porque, lastimosamente se piensa que para producir alimentos hay que usar plaguicidas. Con ellos se afectará gravemente a la salud y el medio ambiente. Es muy grave, desde ASTAC hemos estado intentando hacer entender que no sirve sólo pelear por una reivindicación económica porque al final un empresario generoso dice que va a pagar un mejor sueldo, ‘’pero déjense fumigar’’, ó en otros casos no te afilian. Este tipo de cosas son las que deben comenzar a moverse más, como el tema del medio ambiente, de la salud; deben ser el motivo para que comiencen a unirse.