El Comercio
Entrevista Manuel Chiriboga, experto en Comercio Exterior
¿Qué cambió en el escenario nacional para que el presidente Rafael Correa diera impulso político al acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) que estaba parado?
Se ha reiterado que el signo de este nuevo mandato será la transformación de la matriz productiva. Esto implica un esfuerzo por desarrollar la petroquímica, tanto en la fase de procesamiento de petróleo como en productos derivados sobre todo fertilizantes; el impulso a la siderúrgica, el procesamiento del cobre, acuacultura, los biocombustibles…
¿Qué obligó a que ahora los acuerdos comerciales sí tengan prioridad?
En el entendimiento de Correa, su primer período era lograr dos cosas fundamentales: el orden y la cohesión social construidos sobre la atención a los ciudadanos y la construcción de infraestructura.
¿Y para eso tenía que neutralizar a la oposición?
A todos aquellos que consideraba atentatorios: la llamada ‘partidocracia’, las cámaras, las centrales sindicales, los movimientos indígenas y la prensa.
¿Logró el objetivo?
Con los resultados de la última elección queda probado que hay una coalición nueva, en donde el discurso de izquierdas pierde peso y donde se absorbieron las bases electorales del viejo sistema político, en la Costa ecuatoriana.
¿Correa no fue un defensor de las ideas de izquierda?
Siempre lo vi como alguien que impulsaba una modernización económica, social, de infraestructura y atención a los ciudadanos. No una modernización institucional, de la democracia o de las libertades básicas. El discurso de izquierda fue importante para constituir la primera base de su coalición. Pero hoy eso ya no tiene tanto peso.
¿Qué pasará desde mayo?
Se potenciarán estas grandes inversiones para generar un proceso desarrollista que tiene su imagen en los países del sudeste asiático y en la política brasileña. Un modelo donde el Estado conduce la economía con acuerdos con sectores privados. Por eso es interesante el viaje a Berlín y a Milán porque para desarrollar ese modelo necesitamos capital extranjero.
¿Y por qué acudir a ellos teniendo a socios como China?
Porque sabe que un modelo desarrollista es imposible con China, porque a ese país lo que le interesa es que le entreguen materias primas para su industrialización. Si nosotros queremos industrializarnos no habrá entendimientos. Además, los créditos chinos son extremadamente caros. Por eso su estrategia para reinsertarse en el mercado internacional. Su lectura presenta a Correa como un estratega.
¿Por qué no pensar que este nuevo impulso es el resultado de un mal manejo de la economía, sustentado en un desenfrenado gasto público que se agota?
Hay algo de eso también. Pero se sabe que los recursos públicos en el Ecuador no van a poder financiar una petroquímica o una siderúrgica. Me da la impresión, eso sí, que en este momento hay un ajuste presupuestario para las obras que en su plan modernizador.
¿Reducción de ministerios?
Eso se oye entre la burocracia. Pero bueno, este es su plan y tal vez la gran pregunta que debemos hacernos es si el tipo de modernización por el que Correa apuesta es el que el país requiere.
¿En qué sentido?
Este es un modelo de las tradicionales bases de la industrialización de los años 50. Qué hizo Corea del Sur: construyó siderurgia, desarrollo astilleros, construyó una base industrial desde el impulso estatal.
¿Es el cambio de matriz productiva que aquí se plantea?
Con un elemento que me parece fundamental: mejorar la balanza comercial. Por eso se habla de un modelo de sustitución de importaciones en energía para bajar la compra de gasolina y gas.
¿Por eso la construcción de las hidroeléctricas?
Es eso lo que busca. O la Refinería del Pacífico, pero su principal problema fue el financiamiento… Ese ilusionismo de que Caracas financiaría todo, de que Irán daría la plata, era una quimera.
¿En los próximos esos cuatro años se va a sentir mucho menos la influencia de Venezuela y de la Alba?
Más allá de que se mantengan ciertas coincidencias, pienso que ahora se buscan otros capitales.
¿Por qué?
Corea del Sur está diciendo que cualquier acuerdo que se haga con Ecuador necesita un aval del mercado financiero internacional, pues quieren seguridad jurídica. Ahí es donde surge la idea de finiquitar el acuerdo con la UE y de hablar de un acuerdo de protección de inversiones.
¿Pero en República Dominicana Correa denostó al FMI?
Son señales contradictorias, en pos de regularizar relaciones con la UE como una forma de tener avales de buen comportamiento de otro tipo, que no sea del FMI.
¿La posición anti-TLC del Gobierno fue un discurso?
En estos seis años, Correa sintió que no tenía la fuerza política para eso. Ahora se siente tranquilo.
¿Si usted compara los seis primeros años del gobierno de Hugo Chávez con el correísmo, hay diferencias?
Claro, aquí nunca hubo un ningún intento de nacionalizar sectores de la economía. No hubo acciones mayores de la distribución de la tierra. En general ha habido un comportamiento macroeconómico, llamémoslo, más cuidadoso. No estoy de acuerdo con las medidas que utilizaron, pero se las tomaron como precaución.
¿Este Gobierno ha tenido política de comercio exterior?
No, más allá del nombramiento de unas cuantas oficinas comerciales. En términos de aumento de exportaciones se puede describir como limitado. La política de comercio exterior han sido medidas indirectas para limitar importaciones para equilibrar la balanza.
¿Y a futuro?
Me parece que esta visita a Alemania revela un punto de inflexión: finiquitar el acuerdo con la UE. Eso abre el dique de negociación con otros países como Turquía, muy importante para nuestras exportaciones bananeras, China, Rusia y quizás EE.UU.
¿Y para ello el canciller Ricardo Patiño deberá salir?
Hay que ver qué cambios se dan. Me ha mencionado la posibilidad de armar un Ministerio de Comercio Exterior para que este tema salga del área de influencia del Ministerio de Relaciones Exteriores.
¿Y en la Senplades, que está marcada por la ideología?
Me imagino que cuando el presidente Correa decidió dar un golpe de timón, hubo movimientos en las diversas facciones.
¿La integración con el Mercosur quedará desechada, pues sería incompatible llegar un acuerdo con ellos y con los europeos?
El tema con Mercosur es complejo porque somos economías similares y ellos tienen ventajas enormes en relación a nosotros. En este 2013 el debate político en torno a los TLC cumple 10 años, ¿el país finalmente perdió una década? Nunca hubo una coalición favorable a estos acuerdos. Las encuestas que se hacían sobre su negociación mostraban un país dividido. Hasta los empresarios lo estaban. Ahora hay un apoyo más favorable. Ya no estará la Conaie en la calles mostrando rechazo… Ya no tiene la fuerza de antes. Ahí Correa jugó un papel significativo para desmovilizar esos ejes de protesta y ganar en esas provincias.
¿Al Gobierno le preocupó que Perú y Colombia sí avanzaran en acuerdos comerciales con Europa y EE.UU.?
Creo que no. Las razones son las necesidades del modelo de desarrollo que Correa tiene en la cabeza. Ahora se da cuenta que para sostener todo este esfuerzo requiere que el banano, el cacao, el pescado, las flores crezcan. Como país tenemos serios problemas de productividad porque nuestros bienes son caros y con un rendimiento más bajo que cualquiera de nuestros competidores. Hay una agenda para la agricultura, la industria y los servicios que el Gobierno tiene que enfrentar.
¿Si nunca se firmó un TLC con EE.UU. y ahora las preferencias arancelarias están por vencer, Ecuador perdió una oportunidad histórica?
Recuerdo las palabras del embajador de ese país, Adam Namm, hace seis meses: «Me ofrecieron un diálogo y aún no pasa nada’. Creo que para el Gobierno un acuerdo con EE.UU. no es prioridad».
¿La UE es más importante?
Es que hay diferencias. Las preferencias arancelarias con EE.UU. tienen que ver con rosas, brócoli, atún y otros productos. Pero el total de impuestos que pagaríamos si estas desaparecen está entre en los USD 26 y 30 millones. Los productos significativos como banano, cacao y café entran sin gravamen. Con la Unión Europea hablamos de gravámenes de USD 230 millones.
¿Cuál es el escenario para los productos sin Atpdea?
Que al menos las rosas y brócoli pasen a otro sistema de protección (el SGP) y que el Gobierno tenga algún sistema de apoyo a las exportaciones hacia EE.UU.
¿El acuerdo con la UE y la necesidad de dar garantías a los inversiosnistas obliga a reformar la Constitución?
El acuerdo comercial que es firmable sin reforma constitucional, tal vez haya que cambiar algunos reglamentos vinculados a la Ley de Empresas Públicas. En cambio si hay ese segundo paso que anunció Correa en Berlín, de avanzar hacia acuerdo de protección de inversiones con la UE, sí puede requerir algunas reformas mayores.
¿Por qué?
La Constitución determina que las controversias se resuelvan en un ámbito nacional y luego latinoamericano. Una posibilidad es que la Unasur establezca algún sistema de protección de inversiones. Habrá que ver si la UE lo avala. Pero si uno se atiene a las declaraciones de Correa, hay el interés de hacer esta negociación con un acuerdo de protección de inversiones que sustituya a todos los bilaterales que han sido denunciados.
¿El proyecto modernizador de Correa es positivo?
Un modelo de estos requiere consensos básicos, no solamente la clarividencia de líder.
¿Este Gobierno consensúa?
Tiene su consenso electoral. Yo siempre comparo las experiencias de China e India. China tiene un modelo de modernización autoritaria donde el partido único define qué hacer, mientras que India es una democracia en donde todo el proceso modernizador se da con base en una división adecuada de poderes más eficaz que China.
¿Dónde se mira Ecuador?
Pese a las grandes diferencias, creo que en el primero.
HOJA DE VIDA Su formación. Es sociólogo graduado en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Su experiencia. Ha realizado investigaciones en zonas rurales de América Latina. Exjefe negociador del TLC entre Ecuador y EE.UU. Es consultor sobre comercio exterior.