Actualmente, la disponibilidad alimentaria en el mundo está amenazada por la crisis energética y por la agudización de los eventos climáticos extremos, que han provocado el alza en el costo de la vida (World Economic Forum 2023). En términos de cambio climático, las amenazas a la disponibilidad alimentaria no sólo se evidencian a través de inundaciones o sequías, sino también a través de la adaptación y la extensión de patógenos en nuevos territorios (Singh et al. 2023). En Ecuador, previo a la llegada de la pandemia, ya se venía reduciendo la calidad del empleo y, por tanto, los ingresos familiares. Actualmente, nos encontramos en un escenario en el que se combinan el alza del costo de la vida y la reducción de ingresos en los hogares. Este panorama demuestra que los alimentos son el principal elemento en el alza de precios. Esta realidad no contempla todavía el debate sobre el acceso a alimentos sanos, frente al avance de los alimentos ultra procesados.
En Ecuador, respecto al incremento del costo de la vida, en febrero de 2023, el precio de la canasta familiar básica(1) alcanzó los $767,11 dólares, uno de los precios más altos en la última década (INEC 2023a)(2). Otro elemento del alto costo de la vida se hace tangible en la inflación acumulada anual (ver Figura 1). En 2022, la inflación superó niveles que no se veían desde 2012 (INEC 2023e). Cabe mencionar que, en 2012, la pobreza multidimensional rural tenía tendencia a la baja, mientras que, desde 2016 viene incrementando, llegando en 2022 al 70,1% (ver Figura 1).
En el mes de marzo de 2023 la inflación fue de 2,85% y la categoría que más incidió en la inflación fue: alimentos y bebidas no alcohólicas con un 1,29% (INEC, 2023c). Si los alimentos y bebidas fueron la categoría con mayor aumento en estos años, el costo de una dieta sana en alimentos lo es aún más. Desde 2017 hasta 2019 según estimaciones, el costo diario de una dieta saludable(3) por persona pasó de 2,79 a 2,86 dólares (FAO 2023a). Mientras tanto, en el 2020, este costo se colocó en $2,93 dólares.
Con los costos de 2019, una dieta saludable para un hogar de 4 personas costaría alrededor de $343,2 dólares al mes. No obstante, la mitad de personas ocupadas(4) en el primer trimestre de 2023 tuvieron un ingreso igual o menor a $319,2 (INEC 2023b).
Si el dato de la existencia de 1,6 perceptores en cada hogar estaría correcto, el ingreso mensual de la mitad de los hogares sería de $510,72 dólares. Así, cada hogar dispondría de $168,52 dólares mensuales para cubrir los demás costos de la vida.
Además, la mediana del ingreso más baja la tienen las personas de la rama de agricultura y minas, para quienes la mediana del ingreso mensual es de $199,8 dólares, un 51% menos de quienes se dedican a la construcción (INEC 2023b). Adicional al alza del costo de la vida, las condiciones de empleo tampoco son las mejores. Para inicios de 2007, 4 de cada 10 trabajadorxs tenían un empleo formal(5), mientras que, en diciembre de 2014, se alcanzó la cifra de empleo formal más alta, donde cerca de 5 de cada 10 trabajadorxs formaban parte de esta categoría (BCE 2023a). En lo que corre de este año (2023), el empleo formal alcanza apenas a 3 de cada 10 personas. Y el salario real se coloca en $407 dólares tomando en cuenta el alza del Salario Básico Unificado (BCE 2023b). En síntesis, desde el 2019 hasta el 2023 el salario real ha crecido en 8,9% mientras que el empleo pleno cayó en 7,9%, con referencia al primer trimestre de cada año.
Wolfson et al. (2019) encontraron que los ingresos bajos están fuertemente asociados a una mayor cantidad de barreras para el acceso a alimentos saludables. La combinación de ambas incide directamente en los hábitos de consumo y en la elaboración de alimentos. Además, de las limitaciones monetarias, las personas de bajos ingresos también se enfrentan con una menor cantidad de tiempo para poder buscar y adquirir alimentos saludables. Este último punto coincide con el estudio de Burns et al. (2011). Además de coincidir en la disponibilidad de tiempo como factor para el acceso a alimentos saludables, incluyen la accesibilidad en términos de distancia y de disponibilidad de medios de transporte para la búsqueda de alimentos sanos.
A manera de conclusión
La agroecología se puede establecer como una opción viable frente a la multiplicidad de efectos del cambio climático y frente a la crisis energética. Sin embargo, no sólo se trata de garantizar condiciones de reproducción y producción de lxs agricultorxs, sino también hay que colocar el debate sobre el acceso a alimentos sanos para todas las personas independientemente de su nivel de ingresos. Este acceso depende de los precios de los alimentos, de la proximidad y los medios físicos para obtenerlos, y de los canales de difusión que puedan tener. Un ejemplo para resaltar es el de la Cooperativa Sur-Siendo, la cual oferta alimentos sanos a precios asequibles para barrios populares, a través del empleo de circuitos cortos con productorxs agroecológicxs.
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Notas:
[1] “Conjunto de bienes y servicios que son imprescindibles para satisfacer las necesidades básicas del hogar tipo compuesto por 4 miembros” (INEC 2015)
[2] La canasta familiar básica toma por parámetro la existencia de 1,6 perceptores de ingresos en los hogares, no obstante, esta métrica es muy debatible con la tendencia del empleo (ver Figura 2).
[3] Alimentos menos costosos disponibles localmente que pueden cumplir con los requerimientos de energía basados en las guías alimentarias locales (FAO 2023b).
[4] Personas asalariadas e independientes.
[5] Los datos alrededor de la serie de tiempo no son comparables entre los periodos 2007-2013, 2014-2019, 2020-2023. Debido a cambios en la metodología de muestreo de la encuesta. No obstante, la definición de la categoría empleo pleno tiene coincidencia a lo largo del tiempo. Para el primer periodo fue: “personas que trabajan como mínimo la jornada legal de 40 horas semanales, o bien quienes habiendo trabajado menos de 40 horas por cualquier motivo, no desean trabajar más horas y además cuentan con un ingreso del trabajo cuyo monto sea igual o superior al salario mínimo legal” (INEC 2007). Y para el segundo y periodo la definición es: “personas satisfacen condiciones mínimas, (…), durante la semana de referencia, perciben ingresos laborales iguales o superiores al Salario Básico Unificado, trabajan igual o más de 40 horas a la semana, independientemente del deseo y disponibilidad de trabajar horas adicionales. (…) Durante la semana de referencia, perciben ingresos laborales iguales o superiores al Salario Básico Unificado trabajan menos de 40 horas pero no desean trabajar más” (INEC 2018).
[6] El salario de diciembre incluye el décimo tercer sueldo.
Bibliografía:
BCE. 2023a. Distribución de la población económicamente activa (PEA). editado por Estadísticas Sector Real. Quito: Banco Central del Ecuador.
BCE. 2023b. Salario Unificado y Componentes Salariales. editado por Estadísticas Sector Real. Quito: Banco Central del Ecuador.
Burns, Cate, Rebecca Bentley, Lukar Thornton, y Anne Kavanagh. 2011. “Reduced food access due to a lack of money, inability to lift and lack of access to a car for food shopping: a multilevel study in Melbourne, Victoria.” Public Health Nutrition 14 (6):1017-1023. doi: 10.1017/S136898001000385X.
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Singh, Brajesh K., Manuel Delgado-Baquerizo, Eleonora Egidi, Emilio Guirado, Jan E. Leach, Hongwei Liu, and Pankaj Trivedi. 2023. “Climate change impacts on plant pathogens, food security and paths forward.” Nature Reviews Microbiology. doi: 10.1038/s41579-023-00900-7.
Wolfson, Julia A., Rebecca Ramsing, Caroline R. Richardson, y Anne Palmer. 2019. “Barriers to healthy food access: Associations with household income and cooking behavior.” Preventive Medicine Reports 13:298-305. doi: https://doi.org/10.1016/j.pmedr.2019.01.023.
World Economic Forum. 2023. The Global Risks Report 2023. En Insight Report, editado por World Economic Forum. Cologny/Geneva: World Economic Forum.
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David Singaña Tapia
Investigador del OCARUIngeniero en Ciencias Económicas, Master en Desarrollo Territorial Rural, realiza sus estudios de doctorado en la Universidad Justus Liebig – Giessen, Alemania.
Integra el grupo HINASES (Human-nature Interactions in Agricultural Socio-Ecological Systems).
Líneas de investigación y publicación: Soberanía Alimentaria, Agricultura Familiar y Acuerdos Comerciales.