IEE, FIAN, UOCE y el Centro Agrícola de Quevedo abren el debate sobre los TLC

IEE/OCARU

Hay en el Ecuador una fiebre por los tratados de libre comercio. Ya firmamos uno con la Unión Europea y el gobierno quiere otro con los Estados Unidos y con cuantos países sean posible. A nombre de la eficiencia, la productividad, el desarrollo y el empleo, el gobierno negocia con otras naciones; a nombre de los ecuatorianos, de los campesinos y de las mujeres rurales, el gobierno negocia el libre comercio.

Durante la primera parte de la audiencia se permitió la presentación de los argumentos de las demandas. Yaku Pérez Guartambel, Presidente de la Ecuarunari, insistió en lo peligroso de los OGMs para la conservación de las semillas nativas y campesinas: “no queremos vivir dependientes de las transnacionales como en la India que se suicidan para pagar a estas transnacionales.” Este argumento se vio apoyado desde los exteriores de la Corte por Dilmo Párraga, representante de la UPOCAM, quien subrayó las afectaciones medioambientales en relación a la contaminación de los cultivos mediante el polen que supondría la introducción de cultivos transgénicos en el país.

Sin embargo, el debate nos muestra que el gobierno negocia a espaldas de los campesinos y de las mujeres rurales. La lógica básica nos dice que los campesinos, los pequeños productores y las mujeres rurales no ganamos nada con el libre comercio. El debate nos indica que un tratado de libre comercio pone en riesgo la producción de miles de campesinos y de la agricultura familiar. Al negociar un TLC con los Estados Unidos, el principal productor de maíz en el mundo y uno de los principales productores de arroz, ponemos en riesgo la vida de miles de pequeños productores de maíz y arroz.

Los datos durante el último año demuestran que las exportaciones agrícolas crecieron, se exportó más banano, camarón, flores, atún y cacao. Pero al mismo tiempo, no hay nada que nos diga que los campesinos, las mujeres rurales y la agricultura familiar ganamos con un TLC. Se trata de cadenas concentradas en pocos grupos económicos, compuestos por un puñado de familias. El debate dejó de ser un problema de si Correa o Moreno; el primero firmó el TLC y el segundo regala el Estado a las élites económicas. Ambos, se han encargado de quebrar los avances constitucionales y han puesto en marcha un estado anticampesino  en sintonía con los intereses de las élites nacionales y empresas transnacionales.

Durante el sábado 14 de julio, el Instituto de Estudios Ecuatorianos participó junto a FIAN de un taller que analizó la coyuntura en torno a los impactos de los tratados de libre comercio en la Agricultura Familiar Campesina. Organizaciones amigas como UOCE, Unión de Organizaciones Campesinas de Esmeraldas y el Centro Agrícola de Quevedo participaron de una intensa jornada de debate.

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Stalin Herrera Revelo

Investigador del OCARU

Sociólogo, Master en Estudios Latinoamericanos, realiza su doctorado en Estudios Latinoamericanos en la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM.

Participa del Grupo Tierra en Ecuador y en el Grupo de Trabajo de Estudios Críticos del Desarrollo Rural de CLACSO.

Líneas de investigación y publicación: Movimientos Indígenas y Campesinos, Transformaciones Agrarias, Política Agraria y Proyectos campesinos, Pedagogías Campesinas, Coyuntura Política Nacional.

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