Las Redes de Cuidado son el resultado de un largo y paciente proceso de construcción entre mujeres que responde en este caso a las necesidades de mujeres rurales, campesinas, agroecólogas, algunas indígenas, trabajadoras todas en la sierra centro del Ecuador. A raíz de la pandemia se evidenció durante el 2020 las múltiples crisis que se desataron en el país y en el mundo; entre ellas, la crisis que afectó a las mujeres rurales por la sobrecarga de trabajo, el empeoramiento de las condiciones de vida y el aumento de la violencia machista. Antes de la pandemia, las mujeres rurales ya tenían la carga horaria de trabajo no remunerado más alta en el Ecuador.
Las Redes de Cuidado son una iniciativa pensada para dar respuesta a estas condiciones exacerbadas por la pandemia. A mediados del 2020 se arrancó con un diagnóstico realizado entre el Instituto de Estudios Ecuatorianos en diálogo con Swissaid que permite entender la situación de las mujeres y un mapeo de actorxs, seguido por una serie de estrategias de capacitación y sensibilización en torno a problemáticas como autonomías, capitalismo, patriarcado, colonialidad, género y masculinidades anti patriarcales y anti machistas. Las Redes de Cuidado inician entonces, con participación de grupos de mujeres en cuatro cantones de la sierra centro del país: Pujilí, Pelileo, Patate y Alausí. Isabel Criollo, una de sus integrantes explicó qué significan las Redes de Cuidado para ella:
“Para mí, las Redes de Cuidado es entre mujeres organizar el diálogo, las decisiones propias que tomamos entre mujeres; y a través de eso llegar a acuerdos. A través de este proceso podemos llegar a valorarnos, tener autoestima como mujeres: nuestras tareas de diario, lo que hacemos en el campo, actividades de casa con los hijos, etc. Estamos aprendiendo de nuestros derechos en la red, que no se han cumplido. Entonces no debemos agachar la cabeza.” –Isabel Criollo, Pelileo
El mapeo de actores develó que las compañeras se encuentran en una situación de abandono por parte del Estado nacional, gobiernos autónomos descentralizados y otras fuentes de apoyo institucional que las protejan frente a la falta de servicios básicos en media pandemia y frente a la ola de violencias que existen siempre y que se encrudecieron durante ese tiempo. Afrontando este vacío y falta de respuesta a los problemas cotidianos de las mujeres en el campo, se construyó una estrategia para generar autonomías: “entre nosotras nos sostenemos – no estamos solas” y con miras a que las mujeres del “grupo semilla” se construyan como actoras políticas quienes sostengan y repliquen Redes de Cuidado entre mujeres sin necesitar de nadie más que ellas mismas.
Entonces, a finales del 2020 y principios del 2021 se iniciaron talleres presenciales con las debidas medidas de seguridad en los grupos semilla de los varios cantones. En un primer momento se abordó las problemáticas que surgieron en el primer diagnóstico y con esto se abrió un diálogo horizontal desde la empatía y el afecto para poner en discusión cuestiones como ¿qué queremos aprender? ¿qué nos duele? ¿qué nos angustia? ¿dónde está el problema? ¿qué ha significado ser mujer en medio de la pandemia? Después de un tiempo cuando se forjaron vínculos de confianza fue posible abordar otros cuestionamientos, aún más profundos en torno a todas las estructuras de violencia que atraviesan a las mujeres.
Como parte del proceso de tejer las Redes, el 26, 27 y 28 de junio se realizó un encuentro donde, por primera vez, convergieron integrantes de las Redes de todas las distintas provincias y cantones. El propósito del encuentro fue integrar a los grupos para iniciar procesos de intercambio desde las experiencias y los sentires comunes intentando construir nuevos caminos de sostenimiento mutuo a partir de la confianza y empatía. Se inició la jornada del 26 con una mística, una dinámica de integración y un ejercicio de debate sobre los diversos ejes de opresión, dominación y explotación. Hilda Toaquiza compartió su reflexión:
“Algunas mujeres somos maltratadas física y psicológicamente. Nosotras entre mujeres vamos a apoyarnos; no podemos quedarnos solas. ¡Porque solas no podemos salir adelante! Con la Red de mujeres reconocemos nuestro valor y conocimiento desde nuestros ancestros; algunas somos agricultoras, otras artesanas, comunicadoras, etc. Con la Red, dentro de la comunidad nosotras nos propusimos compartir, formar y enseñar a otras compañeras quienes no saben estas problemáticas –eso es la Red de mujeres” –Hilda Toaquiza, Pujilí
El segundo día se hicieron exposiciones por grupo para discutir qué es la colonialidad, capitalismo y patriarcado y se debatió para qué sirven las Redes de Cuidado y por qué pueden ser una alternativa. Lo más importante de esta jornada fue el intercambio de experiencias que han tenido las mujeres y el plantear cómo seguir sosteniéndolas desde la autonomía. Flor Collaguazo nos contó su sentir y conocimiento vivido:
“Para mí, el patriarcado significa que nosotras las mujeres no estamos al tanto que los hombres se sienten jefes del hogar y mandan solos. Los de la parroquia son solo hombres, no nos dejan trabajar en municipios ni cantones. Los hombres se sienten más grandes, como que saben mucho y no nos permiten a las mujeres expresar nuestro pensamiento y decisiones. Tanto en las comunidades, venimos sometidas al maltrato, a ser discriminadas por ser mujeres. Las mujeres también tenemos muchos conocimientos y tenemos que tener el mismo derecho de expresar»—Flor Collaguazo, Achupallas
El último día se problematizaron las autonomías del cuerpo-territorio. Se planteó al deseo, la decisión, el cuidado y los afectos, como alternativas revolucionaras frente a la colonialidad que impone despojo en el cuerpo de las mujeres; frente al capitalismo que nos obliga a servirle como animales de reproducción a través de la maternidad obligatoria. Finalmente se debatió las estrategias para vivir libre y plenamente. Una estrategia que se posicionó como fundamental fue la agroecología. Las mujeres de las Redes, como agroecólogas tienen una relación de cuidado único con la vida a través de su vínculo con la tierra, los animales, los páramos, el agua, etc. Durante el encuentro las mujeres reafirmaron la noción de que el cuidado también puede—y debe—proporcionar ese sentido político de brindar la autonomía necesaria para que las mujeres seamos libres de expresar nuestros conocimientos, sentimientos y exigir por nuestras necesidades y derechos.