Ecología política; repensando las relaciones entre sociedad y naturaleza

Esta cartilla nos invita a reflexionar sobre nuestras relaciones con la “naturaleza”, en nuestras formas de producir y consumir, así como en nuestras maneras de reproducir la vida.

Esta catilla, es parte de un grupo de 9 módulos de debate alrededor de la agricultura familiar campesina, la soberanía alimentaria y la agroecología. En ellas intentamos recoger la experiencia de indígenas campesinxs[1]que hoy están transformando sus medios de vida y que apuestan por la agroecología como una práctica política para la reconstrucción de su mundo.

La iniciativa nace de la confluencia de varios procesos de formación y experimentación política. Por un lado, hablamos de indígenas campesinos y cholxs del mar organizados en torno a la “Escuela de formación política, La Troja Manaba” que en tres años de existencia han logrado avanzar en la construcción de huertos para garantizar la alimentación de sus familias y hoy cuentan con varias experiencias demostrativas; por otro lado, la experiencia de indígenas campeisnxs de Cotopaxi, Tungurahua, Bolívar y Chimborazo que, en varios casos, llevan más de 15 años experimentando con la agroecología, han recuperado sus prácticas ancestrales y transformado sus fincas para ponerlas como espacios de aprendizaje para otrxs indígenas campeisnxs. Las cartillas también recogen la experiencia de las organizaciones que han acompañados estos distintos procesos; y a quienes también queremos reconoce su aporte: Acción Ecológica, COPISA, Escuela de formación política y soberanía alimentaria “La Troja Manaba”; Colectivo ARTOS, AMUCOMT, CONFEUNASSC, Instituto de Estudios Ecuatorianos, Fundación SWISSAID y MISEREOR.

Esperamos que estas 9 cartillas con las que empezamos, y son parte de esta colección “Educar para cosechar”, multipliquen la experiencia, pero sobre todo sirvan para ampliar y difundir su apuesta:  construir colectivamente un futuro donde la reproducción de vida y la naturaleza sean el eje central de la agricultura.

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Notas:

[1] Lenguaje inclusivo. Usamos la x para escribir y la e para leer. Parte del aprendizaje que nos han impartido ha sido decirnos que al usar el masculino (el, nosotros, vosotros, ellos, todos) hacemos referencia al conjunto de la humanidad. Sin embargo, hoy entendemos que es una practica del lenguaje que esconde el enorme aporte de las mujeres en la sociedad. Nuestro nuevo esfuerzo aprendizaje es distinto, busca reconocer el valor de todxs. En ese sentido usamos la x (lx, nosotrxs, ellxs, todxs) en la escritura como una forma de incluir a todas las personas (mujeres, hombres y diversidades sexo-genéricas). Y la e (le, nosotres, elles, todes), en el lenguaje hablado, para nombrar a todas las personas en nuestros relatos. ¡Lo que no se nombra no existe! ¡Por eso invitamos a nombrarnos a todxs! De esta manera incluimos a la diversidad de personas que somos parte de la humanidad.

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Tamara Artacker

Investigadora del OCARU

Master en Desarrollo Internacional, realiza su doctorado en Ecología Social en la University of Natural Resources and Life Sciences, en Viena/Austria.

Participa del Grupo de Trabajo de Metabolismo Social/Justicia Ambiental de CLACSO.

Líneas de investigación y publicación: Desarrollo rural, Ecología Política, Transiciones Socio-Ecológicas, Sistemas Agroalimentarios, Postdesarrollo, Estudios Críticos Agrarios.

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