Mi nombre es Benjamín Macas, en los últimos 20 años me he enfocado en ayudar a la articulación del tejido social alrededor de las organizaciones campesinas que trabajan la agroecología. También he apoyado procesos como el de la Red Agroecológica de Loja, y la Confederación de Campesinos Agroecológicos del Ecuador. He estado vinculado a procesos organizativos que me han permitido ingresar a un ejercicio de análisis de algunas leyes que han afectado al mundo campesino, como es el tema de hoy en día, de una ley que es muy perjudicial para el campo, para el trabajo, para el campesino y su producción.

¿Cuál es la postura que mantiene la Red Agroecológica de Loja en cuanto a las leyes que se han implementado para el agro?

Nosotros señalamos que estamos viviendo un retroceso desde que se elevó la Soberanía Alimentaria como un principio constitucional, un principio rector del acuerdo social forjado en la sociedad ecuatoriana. Recuerdo un análisis que se generó en ese tiempo cuando se debatía el tema de la Ley de Soberanía Alimentaria (LORSA) en el que se decía que no se consiguió una ley que esté a nivel mandatorio, que tenga una cierta capacidad de decisión en las políticas ministeriales. Entonces para salir de eso, se nombró a la COPISA para que al menos se mantenga de cierta manera la voz de las organizaciones. Pero la COPISA no es un ente que tiene una competencia de decisión. Observando desde ahí como pierde fuerza el principio constitucional. También quisiera señalar que en este artículo citado se menciona que la Soberanía Alimentaria es un principio que la mayoría de los ecuatorianos aun no se empodera y por eso podemos ver en el nivel en el que se encuentra.

Si seguimos la secuencia de estas leyes, me parece que la LORSA se elaboró como una ley marco, con un alcance sobre otras leyes, trazando algunos principios generales. Algunas leyes que recuerdo por ejemplo la ley de semillas, de sanidad agropecuaria, tierra, agua, el desarrollo de la tecnología, etc. Hubo algunos acontecimientos que nos tocó enfrentar a partir de la formulación de estas leyes, que se suponen deben ser conexas y estar bajo el paraguas de la Soberanía Alimentaria, pero fue todo lo contrario, nos lanzaron leyes que transgredieron los principios generales, como la Ley de Sanidad Agropecuaria que la pusieron al mismo nivel que la LORSA, bajando el nivel de aplicación de la Soberanía Alimentaria.

De igual manera, en la LORSA, en cuanto temas de sanidad e inocuidad, debía establecerse principios diferenciadores para la pequeña producción. Pero cuando formulan esa ley, colocan una legislación para la agroindustria y esa misma aplicación rige para todas las producciones campesinas, pretendiendo que la producción campesina aplique las mismas normas del agronegocio y la empresa. Por ejemplo, nos señalan que el transporte de cárnicos tiene que realizarse en vehículos adecuado que contengan cadena de frío o refrigeración, sin hacer excepciones de los circuitos cortos, esto no corresponde a la realidad de la agricultura campesina.

¿Cuáles serían los pro y contra del proyecto de Ley de Desarrollo Sustentable para el sector Agropecuario?

Con el grupo de incidencia se generó un análisis de los cuerpos de este proyecto de ley, como se articula. Entonces hemos visto que en primer lugar se hablaba de apoyar a la agricultura familiar campesina y promover un desarrollo sustentable, pero, si miramos tras bastidores se puede ver que esta ley está dirigida a promover la exportación, el encadenamiento productivo, el valor agregado bajo la cadena de producción. Se ve una vinculación de la agricultura familiar campesina a este proceso, pero de forma subordinada. Por que si bien es cierto uno de los rubros fuertes del país es la agroexportación, pero observamos que esto se quiere extender a la agricultura familiar, es decir, relacionarla a procesos de exportación y encadenar lo que aun no se encuentra encadenado.

El problema de esta ley es que no ofrece un marco normativo que vaya en una dirección cercana al principio 281 de la Constitución sobre la Soberanía Alimentaria. Nosotros hicimos notar esto en una reunión que tuvimos con el Asambleísta Mauricio Proaño, que ni siquiera se define lo que es el desarrollo o la agricultura sustentables. Es tal es el retroceso que se está viviendo que al menos en el reglamento de la sanidad agropecuaria, existe una definición de producción sustentable y otros conceptos en relación, pero en esta ley de desarrollo agropecuario no hay nada, por lo cual se entendería que iría por el marco de la agroindustria

¿Como se quiere vincular la agricultura familiar a estos procesos que menciona?

Se ve claramente que se quiere vincular la agricultura familiar a través de procesos de financiarización y crear condiciones para que los fondos de inversión puedan operar en el país, utilizando capitales que ya estén presentes en el país o haciendo uso de capitales transnacionales. Hay otra parte que vemos, que es la creación de condiciones para la aplicación de la agricultura 4.0 en la agricultura familiar. Hay que mencionar que en algunas zonas de agricultura y exportación ya hay la aplicación de tecnologías, de paquetes tecnológicos, de mecanización y esto quiere extenderse hacia esta agricultura. Nos dicen que es una agricultura para aportar subsidios, para apoyar a la agricultura familiar, pero nosotros decimos para llevarnos hacia donde, si, subsidios, pero para qué, hacia dónde quieren llevar la agricultura familiar.

Con esta agricultura de precisión que incorpora algunos elementos como innovación, robótica, agricultura con drones, con paquetes de pesticidas, con datos vinculados a los satélites para generar información, ¿Que va a pasar? Entonces ¿va a existir un agricultor o una familia campesina que va a adquirir un dron para fumigar su parcela?, eso no se va a dar, pero a la empresa grande si lo va a hacer, provocando que los subsidios sean para la agroindustria.

¿Qué impacto provocaría este modelo en la agricultura familiar

Primero, consideramos que es un salto al vacío, porque enganchar a la agricultura campesina a un modelo tecnológico que se basa en energía de uso del petróleo, es ponerse de espaldas a la realidad del país. Otro punto que quiero indicar es vincularnos a una agricultura 4.0, que es altamente consumidora de metales, de maquinaria, de componentes electrónicos es empujarnos a la minería metálica.

Entonces, como afectaría a la agricultura campesina, señalamos que nos hallamos frente a una ley expropiatoria, que interfiere en las decisiones de lo que se debe producir para satisfacer las necesidades básicas, que aún reposa en las manos de ciertos campesinos que deciden como y que producir, convirtiéndose dicha acción en el centro de la Soberanía Alimentaria. Eso vemos que se trata de impedir con el fin de interponer al mercado. Hay un articulo de la ley, me parece que es el 133, en el cual se propone planes de reconversión y de resiembra de cultivos a partir de la declaratoria de emergencia sanitaria de cultivos, para promover la siembra de uno pocos monocultivos, eso nosotros los consideramos un ajuste que es diseñado desde la línea de producción de las grandes empresas y desde el mercado. Por lo tanto, vemos que se quiere acabar con la complejidad que representa la agricultura familiar, la interacción social, la cultura entre la comunidad y esa capacidad de relación con múltiples interacciones para pasar a una agricultura lineal, de la máquina, etc. Los compañeros de las organizaciones campesinas de México, de las redes de defensa del maíz coinciden con esta lógica.

Entonces, nos estaríamos enfrentando al debilitamiento de las redes de producción y abastecimiento de los mercados internos, tal como pasa en el agro argentino, el mexicano y en el de la India. Lugares donde la alta penetración de la financiarización genera contradicciones como violencia en el agro. Para seguir con el ejemplo de la India hace un par de meses, se venían movilizando los sectores campesinos en contra del colapso de la agricultura, por la incursión de las empresas transnacionales y la presión hacia el gobierno para desproteger a los campesinos. Nosotros en cambio vemos en este momento que en el país se esta tratando de crear las condiciones para que alrededor de 20 o 30 años seamos como la India.

¿Cuáles serían las implicaciones en la Soberanía Alimentaria en caso de que este proyecto de ley se acepte?

Hemos señalado que esta ley representaría poner fin a la Soberanía Alimentaria, necesitamos una ley que impulse la agricultura campesina, que proteja el sistema agroalimentario, voluntad política para impulsar la agroecología. Tenemos mucho que trabajar, necesitamos subsidios, investigación insumos, créditos. Esta es la dirección que debe seguir una ley que beneficie. Sin embargo, en la actualidad se está hablando de una ley de eficiencia, de competitividad, eficiencia de que, en qué términos. Hay una agricultura industrial tomada de Estados Unidos que deslumbra al país, a nuestra gente e incluso a los propios ministerios. Pero lo que no nos dicen que la base de ese modelo es el petróleo que para producir 10 kilocalorías de alimentos se necesita 100 kilocalorías provenientes del petróleo, es una irracionalidad. Además, este modelo tiene subsidios escondidos del Estado. Por estas razones el modelo de la Soberanía Alimentaria es el que mejor se ajusta, pero es un sector abandonado.

El articulo 281 pone un marco concreto en cuanto promover la recuperación de la agrobiodiversidad y los saberes ancestrales.  Pero ya hay leyes que nos obligan a ir en contra de estos marcos, por ejemplo, la ley de semillas expropia las semillas nativas y la ley la economía social del conocimiento que tiene un capítulo para patentar el conocimiento campesino.  Por estos motivos, lo que pretende esta ley es romper el tejido social y que se forje una organización de productores por líneas de productos, papero, tomateros, maiceros. Entonces es una ruptura a la Soberanía Alimentaria, y un irrespeto a los derechos colectivos.

También quisiera mencionar que en las organizaciones de pequeños productores movilizados en resistencia frente a la ley de desarrollo agropecuario, existe un punto de coincidencia en cuanto al reconocimiento de la deuda que mantiene la sociedad ecuatoriana con la agricultura campesina. Pero aún se la sigue relegando, sin tomarla en cuenta en las decisiones fundamentales. En la pandemia se vio con claridad el tema del abastecimiento cercano de alimentos y el tema fundamental de la Soberanía Alimentaria. Por ejemplo, yo reflexionaba en el encierro pandemico, que de vestimenta puedo pasar meses, años con la misma ropa, pero la comida, el desayuno, no. Entonces dos cosas, la comida es fundamental, así como su cercanía al mercado interno y el otro punto es la comida toxica a la que estamos expuestos por el uso de pesticidas, por la deformación del alimento, etc. Es aquí donde debemos pensar en un alimento nutritivo y ecológico que en verdad nos alimente. Esta es la parte central de la Soberanía Alimentaria juntamente con el reconocimiento del trabajo de la agricultura familiar campesina y el tema de la tierra y el agua.

 ¿Como definirías este proyecto de ley?

Yo podría definirlo a partir de una expresión que ha circulado en estos días que es la amenaza a la Soberanía Alimentaria y a la agricultura campesina. Hemos oído hablar a los asambleístas que señalan que esta ley es para apoyar la agricultura campesina, pero si vemos en el fondo, el sujeto prioritario de la ley no son los campesinos sino la cadena de valor. Por lo tanto, decimos que una ley que quiera apoyar a la agricultura familiar debe ser hecha desde nuestro agro, desde sus bases, desde las manos callosas y desde la solidaridad campo-ciudad. Por estos motivos pedimos que se archive esta ley.

¿Cuáles son las demandas de las organizaciones que piden al gobierno en cuanto al proyecto de ley y la implementación de políticas públicas para el sector agrario?

Primero la coincidencia de todos los sectores es que se archive esta ley y el segundo planteamiento es que no se puede hacer una ley al apuro. Se hizo llegar una carta a los candidatos finalistas a la presidencia de la Republica y a los asambleístas electos, en la cual invitamos a revisar este proyecto de ley. Además, señalamos que la construcción de una ley de apoyo a la agricultura familiar debe realizarse en un debate sereno y democrático, mirando la realidad de los agricultores, la salud de la población y el futuro del país y que se garantice el cumplimiento del contenido de la constitución.

También señalamos que en el contenido de una ley como esta debería liberarse, resolverse algunos temas como la privatización de las semillas en la ley de semillas. Es decir, debería liberarse normas muy restrictivas, otro ejemplo, en la ley de sanidad agropecuaria se penaliza el uso de insumos agropecuarios provenientes de la finca, y en vez de ellos se obliga a utilizar insumos certificados provenientes del mercado.

Hay otro tema gravísimo que es el cierre de mercados municipales y de ferias agroecológicas por el aparecimiento de cadenas de supermercados que empiezan a crecer poco a poco y se instalan alrededor de estos mercados, convirtiéndose en una amenaza asfixiante para el lugar central que conecta con la agricultura familiar. Esto pasa ya en Pichincha y en otras ciudades. Por eso es otro punto que debe tratarse. Y en un contexto de cambio climático se necesita la recuperación de una agricultura diversificada antes de pensar en planes de conversión de cultivos.

Entonces nosotros señalamos que seguiremos infatigables en nuestra lucha por el reconocimiento de campesinas y campesinas, que no somos un grupo rezago del pasado, sino que somos una parte fundamental del presente y del futuro de nuestro bello país que es Ecuador y que no desmayaremos en nuestro empeño y exigencia que se aplique la Soberanía Alimentaria como objetivo estratégico del Estado.

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Martha Mendoza

Feminista, Politóloga por la Universidad Central del Ecuador. Diplomado en derechos Humanos, Género y Víctimas por la Organización de Estados Iberoamericanos.

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