
Mi nombre es Tito Barreno Escalante, soy presidente de la Conferencia Plurinacional e Intercultural de Soberanía Alimentaria (COPISA).
¿Existe la posibilidad de que se genere una crisis alimentaria o desabastecimiento de alimentos por el COVID-19 según la COPISA?
Ecuador es un país netamente agrícola, con gran diversidad y abundancia. Nuestros agricultores tienen capacidad de abastecer de alimentos a todo el pueblo ecuatoriano. Sin embargo, existe una crisis alimentaria de la misma tendencia de aquella que se desarrolló en los años 80 y 90 debido a las políticas de carácter neoliberal.
La Constitución del 2008, instaura el Estado plurinacional garantista de derechos, institucionaliza la soberanía alimentaria y reconoce a la Agricultura Familiar Campesina (AFC) y Economía Popular y Solidaria (EPS). Pero el gobierno actual retoma la agenda neoliberal. Entonces, la pandemia se produce en pleno desmantelamiento del Estado, con un déficit de políticas públicas que impiden garantizar lo establecido en la Constitución, así vulnerando el derecho a la alimentación sana y saludable y desfavoreciendo a la soberanía alimentaria.
Entonces, el COVID-19 ahonda la crisis alimentaria que ya existía por el intervencionismo de las grandes empresas de alimentos, el aumento de intermediarios y la especulación de precios. Por eso, la escasez o desabastecimiento de alimentos se posiciona como un relato oficial. Sin embargo, así como ocurrió en el año 2016 después del terremoto, tanto la AFC como la EPS son quienes dan una respuesta concreta y contundente frente al desabastecimiento, por su carácter de resiliencia. Se retoman, por ejemplo, el trueque solidario de alimentos, las ferias directas entre productores y consumidores, la comercialización y la venta de canastas con productos que provienen de los pequeños agricultores.
Esta grave situación que nos ha tocado vivir, debe tomarse como una oportunidad para desarrollar modelos y sistemas que permitan la inclusión social. Debemos implementar políticas públicas a nivel local que fortalezcan la AFC y EPS, que garanticen la soberanía alimentaria. Los sectores rurales son centrales para el país, ya que representan entre el 30-40% en la generación de empleos, el 60% del consumo de los hogares y aportan con alrededor de 3-4% al PIB. Se debe seguir ejercitando el derecho a la participación ciudadana con la pluralidad de actores que hay, para generar propuestas, programas y proyectos.
¿Qué propuesta ha generado la COPISA frente a esta crisis?
La COPISA es un ente de carácter público que genera y garantiza espacios de participación ciudadana para formular propuestas de política pública orientadas a fortalecer, fomentar y garantizar la soberanía alimentaria y la nutrición. Hasta el momento se han desarrollado varias propuestas a través de la coordinación del Sistema de Soberanía Alimentaria y Nutricional. Primero, tenemos una propuesta Emergente de Ayuda logística para el traslado, distribución, comercialización y abastecimiento alimentario que arrancó en el mes de mayo.
Además, se estableció un convenio con el Movimiento Nacional Campesino FECAOL y la Asociación de Trabajadorxs del Transporte ASOTRASET. Se realizaron las brigadas campesinas, las cuales tenían como objetivo llevar productos de diferentes regiones, a fin de evitar la escasez y especulación de precios. Para ello, se abrieron centros de acopio en la costa, sierra y amazonía. También se han realizado donaciones gracias a los productores que han dado parte de su cosecha para las familias vulnerables que no les llega ayuda del gobierno.
Finalmente, se ha sostenido la realización del trueque, generando un vínculo entre organizaciones campesinas, pesqueras y acuícolas. Actualmente se están implementando las boticas solidarias en los barrios más vulnerables. Con ello se busca rescatar el conocimiento ancestral y dotar de medicina natural a la población para aumentar sus defensas. Se ha trabajado con la Prefectura de Tungurahua, Grupo de Mujeres sin límites de Tungurahua y muchas organizaciones más. La COPISA ha ayudado a realizar estas actividades sin presupuesto, solamente gracias a la solidaridad de las organizaciones.
¿Cuál fue la postura de la COPISA frente a la resolución 0063 que permitía la importación de frutas y hortalizas, que después fue derogada con la resolución 0071?
Es evidente que esa resolución atenta contra la soberanía alimentaria del Ecuador. Precisamente, en esta emergencia nacional se evidenció todo el trabajo de los pequeños y medianos agricultores, las familias rurales y de la EPS. Y a pesar de que las frutas, verduras, hortalizas, se estaban pudriendo en el campo, en este preciso momento el Ministerio de Agricultura expide esta resolución en donde permitía el ingreso de frutas y hortalizas, atentando contra el trabajo, la soberanía alimentaria de los pueblos.
¿Cuál es la lectura de la COPISA sobre la actuación del Ministerio de Agricultura frente a la pandemia?
El MAG al igual que otras instituciones públicas del gobierno nacional, ha sido ineficiente. No ha tenido una respuesta inmediata y oportuna para el pueblo ecuatoriano en torno a la alimentación sana, nutritiva, suficiente y que sea producida a nivel local. Hemos visto únicamente unos paños de agua tibia; han querido intentar hacer algunas ferias pero que no fueron las respuestas que esperábamos. Para el abastecimiento alimentario durante la pandemia, fueron las organizaciones sociales que dieron una respuesta inmediata y oportuna, a cada una de las necesidades y demandas que se presentaban en los territorios.
La COPISA tiene pocos recursos. Solamente tenemos 2 vehículos, los cuales se movilizaron a las provincias, ciudades y organizaciones que lo solicitaban para poder ayudar a sacar los productos de los campos que se estaban dañando y colaborar con el abastecimiento hacia las ciudades. Eso tenía que haber hecho el MAG. Ellos tienen todo el equipo logístico y humano para haber enfrentado en una mejor manera esta pandemia. Incluso los precios de los alimentos subieron enormemente, principalmente en Guayaquil. Una libra de papa que costaba 20 centavos llegó a costar $1,50. Entonces, toda la falta de control, toda la inacción por parte del MAG fue lo que ocasionó esto. Muchas familias estaban aisladas y muchas no tenían empleo porque habían sido despedidos y los productos estaban vendiendo a cinco veces más del precio normal.
En la COPISA tenemos una lectura clara y suficiente de que el MAG no dió la respuesta que necesitaba el pueblo ecuatoriano en torno al abastecimiento alimentario y en torno al control para que no exista la especulación en los precios de los alimentos. Tampoco proporcionó todos los recursos humanos y logísticos. Usted ve que incluso se unió con el COE nacional a entregar alimentos de las grandes empresas, donde no se encontraba la verdura y fruta de los pequeños y medianos agricultores. Todos esos kits que ha entregado el gobierno avalado por el MAG, han sido encaminados a fortalecer las grandes empresas, desplazando por completo a los pequeños y medianos productores.
¿Cómo interpreta la COPISA la nueva política Agropecuaria 2020-3030 que está formulando el MAG en conjunto con la FAO?
Esta política refleja que están haciendo lo mismo que han estado acostumbrados a hacer toda la vida. Para que una política pública sea verdaderamente eficaz y llegue verdaderamente donde tenga que llegar, es necesario construirla desde los territorios. Eso lo hemos recalcado y repetido mil veces al gobierno nacional y al Ministro de Agricultura. Toda política pública debe ser construida desde los territorios, no desde un escritorio. Para la política pública 2020-2030, hay que preguntar si ha sido socializada en todo el territorio nacional, para que sea una verdadera política pública y llegue donde verdaderamente tenga que llegar.
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