Pronunciamiento: Políticas anticampesinas, desafíos para la agricultura y la vida
Durante los últimos 13 años, la agricultura campesina afronta una serie de políticas de contra reforma agraria: tratados de libre comercio; acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y otros organismos multilaterales; espacios que ceden la iniciativa del proyecto agrario a las corporaciones; ingreso ilegal de semillas transgénicas al Ecuador; reformas inconstitucionales anticampesinas, entre otros.
En este contexto las organizaciones campesinas nos hemos juntado para preguntarnos ¿cuál es la situación del agro a nivel nacional y de las políticas públicas?, ¿qué está pasando con la aplicación del tratado comercial con la Unión Europea en la agricultura? y ¿qué huellas va dejando en nuestros territorios y economías campesinas el capitalismo agrario en los últimos años?
En respuesta a ello, las organizaciones campesinas, la Comisión Nacional de Agroecología y organizaciones fraternas nos reunimos por la defensa de la soberanía alimentaria y la vida campesina en la ciudad de Quito el 20 de junio, Cuenca el 24 de Junio y Loja el 26 de junio.
Nuestra comprensión de las políticas en marcha.
Sentimos haber entrado en una coyuntura donde se profundiza el crecimiento del capital corporativo, la agroindustria y la expansión y control monopólico del mercado interno, esto nos pone ante la posibilidad cierta de la eliminación sistemática del campesinado, frente a lo cual el poder dominante por razones políticas no emplea la palabra eliminación, sino la palabra modernización.
Los tratados de libre comercio, como el firmado con la Unión Europea, puesto en vigencia a partir del 1 de enero del 2017, operan como instrumentos que otorgan derechos a las corporaciones transnacionales, construye trabas hacia la producción campesina para crear un vacío de producción que permita ser llenado por los productos importados, desmantela normativas que protegen derechos colectivos de los pueblos y de la naturaleza, y funciona a modo de candados para afianzar nuevas políticas neoliberales.
Así el principio de la libre circulación de semillas, llave de la agricultura independiente y razón de ser de la diversidad alimentaria y cultural de nuestros pueblos, amparado por el derecho ancestral y los derechos colectivos, se halla amenazado con la nueva ley de semillas, para dar paso al uso obligatorio de semillas certificadas y el ingreso de cultivos transgénicos como la expresión más acabada de las normas de propiedad intelectual, volviendo ilegal las semillas nativas.
Las nuevas normas de sanidad agropecuaria nos empujan al uso obligatorio de paquetes de pesticidas y farmaco-veterinarios en la agricultura y ganadería; y las de inocuidad de alimentos, en proceso de aprobación, plantean una disputa, sobre a quién le corresponde decidir lo que es sano y es inocuo, y por ahora la tendencia es hacia imponer los estándares que están diseñados para productos de exportación empresarial y de agronegocios y aplicarlos a los productos que son para el mercado interno, pretendiendo poner a competir a la pequeña y mediana producción campesina en desigualdad de condiciones con los grandes consorcios transnacionales.
Transcurridos dos años y medio de vigencia del tratado con la Unión Europea y de inicio de la eliminación progresiva de aranceles para alimentos importados provenientes de este bloque, especialmente en la línea de lácteos y cárnicos, comienza a sentirse en algunas zonas de producción lechera como Cayambe, Azuay y Loja, señales de deterioro de economías populares, con la disminución del precio de la leche y las dificultades para la producción y el comercio de derivados de lácteos, y que se traducen en el inicio de una oleada de desempleo, empobrecimiento y migración forzada de las poblaciones afectadas a las ciudades.
La minería que se extiende en el austro, en el sur y en todo el país, también tiene que ver con el TLC y los tratados bilaterales de inversión, con extensos territorios concesionados a empresas mineras, y con la posibilidad de que éstas planteen demandas millonarias en retaliación.
Algunas conclusiones del tribunal permanente de los pueblos en México, que se reunió entre los años 2012 al 2014 para recopilar agravios sufridos por los agricultores y territorios, provenientes de la aplicación de los tratados de libre comercio, nos enseñan que, retirar el apoyo a la producción independiente de alimentos atenta contra la soberanía nacional y socava las bases y estrategias productivas de un país; la guerra contra la subsistencia entraña privatizar saberes, conocimientos, lo que lleva al extremo de privatizar la vida misma, a la expulsión de marejadas humanas de sus propios territorios y al crecimiento de las urbes por estas poblaciones despojadas.
Pronunciamiento
Frente a esta situación expresamos el compromiso de:
Continuar el ejercicio de escucha de denuncias y documentación de casos de afectados por la aplicación de estas políticas como parte de las jornadas por la defensa de la soberanía alimentaria y la vida campesina.
Que cada organización participante, lleve esta información a las bases de la organización para comprender la naturaleza de las amenazas que estamos enfrentando.
Promover elementos de consenso entre organizaciones para responder a esta situación, y explorar caminos en el campo social y jurídico para buscar una salida del TLC, dado que la tendencia es a continuar debilitando la producción campesina y socavando la soberanía alimentaria de nuestros pueblos.
Fortalecer coaliciones nacionales de organizaciones y colectivos sociales para defender principios constitucionales y derechos campesinos y ambientales vulnerados por las nuevas leyes de semillas, la imposición de la propiedad intelectual, y de normas de sanidad e inocuidad.
Señalar que el cuidado es una parte esencial de la vida campesina, practicada por los pueblos desde tiempos inmemoriales, cuya vocación desde siempre ha sido la de alimentar a la población del campo y la ciudad y cuidar la tierra y el agua, y por lo tanto trabajar por una declaración de principios del cuidado como alternativa y garantía de la calidad de los alimentos provenientes de la agricultura campesina y agroecologica, frente a las nuevas normas de sanidad e inocuidad provenientes de las corporaciones.
Profundizar la agroecología afincada en principios diferentes de la agricultura industrial, en busca de recuperar y fortalecer unas relaciones sociales y ecológicas, basadas en el cuidado de la tierra, la comunidad y el territorio y aportar a ampliar la articulación organizativa por la soberanía alimentaria.
Quito, junio 2019
Organizaciones firmantes:
Comisión Nacional de Agroecología
Red Agroecológica Loja
Red Agroecológica del Austro
Asociación de productoras agroecologicas armonía de vida – Biovida
Instituto de Estudios Ecuatorianos
Observatorio del Cambio Rural
Colegio de Ingenieros agrónomos de Loja y Zamora Chinchipe
Asamblea de Pueblos del Sur
Sumate al pronunciamiento ingresando tus datos en → https://forms.gle/rBd5euhs7zwD1aRh6