Expreso
El último embarque de cuatro cabezas de ganado para camal le fue pagado a 0,67 dólares por cada libra (en pie) a Juan Carlos Dueñas. El año pasado estaba a 0,80 dólares.
La actividad ha dejado de ser rentable para este ganadero de la provincia de Los Ríos, que hace diez años, justo cuando asumía Rafael Correa la presidencia del Ecuador, tenía 1.500 reses. Hoy solo le quedan 400. El bajo precio y la delincuencia hacen que cada día el hato ganadero baje.
No hay datos históricos disponibles, pero entre el 2014 y 2015, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el ganado vacuno bajó un 10 %. Eso significa 416.161 animales menos, de acuerdo con los datos de la encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria Continua.
“Si el petróleo hubiese seguido con un alto precio ya nos hubieran desaparecido”, manifiesta Dueñas, quien recuerda claramente que alguna alta autoridad gubernamental les sugirió que el país caminaría a la industrialización y la desaparición de las actividades primarias, como la agricultura y la ganadería.
El ganadero se cuestiona incluso las cifras oficiales. “Ellos hablaban de 5 millones de cabezas, pero se dice que quizás hay apenas 2,5 millones”.
Gerónimo Sosa, expresidente de la Asociación de Ganaderos de Balzar, ha vivido de cerca el declive de la actividad, y ha cuestionado no solo los bajos precios, “sino el aumento del abigeato y las pésimas vías que generan problemas en invierno”. Eso, resaltan, lo que hace es que la gente del campo se vaya a la ciudad.
“El que pudo vendió sus vacas porque robaban mucho, y se metió a invertir en cacao cuando estaba en 200 dólares el quintal”, recalca Dueñas. GLC