Expreso
Los bajos precios y las enfermedades afectan la rentabilidad.
Alternativa. El sector propone la creación de camales para vender directamente. Esto podría incrementar sus ganancias.
(9:36 pm 23-09)
El ganado y la palma, en aprietos
Los bajos precios y las enfermedades afectan la rentabilidad
Luego de haber recibido la negativa del Gobierno de incrementar el precio de la carne, el sector ganadero del país vuelve a «sentarse a la mesa» para analizar un plan B, que impida que los bajos niveles de ganancias afecten su rentabilidad.
Ayer, representantes de productores de Guayas, Los Ríos y Manabí llegaron a la sede de la Federación de Ganaderos de Ecuador (Fedegan), ubicada en Guayaquil, para reformular públicamente su pedido y hacer que el Gobierno regule la cadena de comercialización que actualmente les deja una pérdida económica de $ 0,44 a $ 0,54 por libra.
«En este momento producir una libra de carne en finca cuesta $ 1, pero nosotros estamos recibiendo entre 46 y 56 centavos», aseguró Teófilo Carvajal, gerente de Fedegan, quien fue uno de los primeros en tomar la palabra para sugerir, como solución, la creación de pequeñas naves de faenamiento en varias ciudades del país para poder vender directamente y así disminuir la larga cadena de intermediación.
Los ganaderos esperan cobrar en estos lugares al menos el 50% del valor que tiene el producto en el mercado. «Si la libra cuesta $ 2,50, al productor le correspondería $ 1,25. Actualmente no recibimos ni el 10%», dijo Carvajal.
Guillermo Rosero, dirigente de Los Ríos, sugiere que esos camales, que hoy son municipales, sean administrados por los propios ganaderos, «para nosotros podernos fijar qué sale, cuánto sale y a cómo se vende». Rosero explica que la baja rentabilidad ha obligado a los productores a disminuir sus gastos. Algo que se traduce en baja inversión para mantener los potreros, mejorar la genética, pagar sueldos oficiales e impuestos.
De ahí que para el sector surgen dos caminos: entrar a trabajar en la informalidad o abandonar la actividad. Esto último ya ha provocado que, desde 2010, disminuyan en 500.000 las cabezas de ganado.
Peter Bohman, presidente de la Asociación de Ganaderos del Litoral y Galápagos (Aglyg), apoya la iniciativa de sus compañeros, pero tiene su propia propuesta. Él insiste en la necesidad de fijar un precio de sustentación que sea respetado por todos. «Ahí no importará si la cadena de comercialización es larga o corta. Lo que queremos es que se respete. Si nos ponen un precio de sustentación, camales formales como Agropesa (del grupo Supermaxi) pagarían el precio que es para que el ganadero no entre en liquidación».
Bohman y los demás ganaderos expresaron que una actividad con bajas ganancias se vuelve insostenible cuando además deben enfrentar los altos costos de insumos como los productos veterinarios, o cuando se enfrenta una baja competitividad frente a otros sectores productivos como el avícola.
Este último sector, señala el dirigente, ha recibido muchas ayudas como la permisividad de importar materias primas más baratas. «Eso ha hecho que el precio del pollo sea mucho más económico y que la gente opte por comer más ese tipo de carne».
La reunión culminó con la expectativa de que el Gobierno realice un nuevo pronunciamiento.