Expreso
En 100 hectáreas se siembra balsa, gracias a programa de Ecotec.
Uno de los proyectos más importantes de reforestación en la cordillera Chongón-Colonche, área geográfica que atraviesa los territorios de las comunas peninsulares, es el que se realiza en la jurisdicción de San José, al norte de la provincia de Santa Elena.
Para este propósito la citada población ha destinado 100 hectáreas de su territorio. Su ubicación es 15 kilómetros hacia el interior de la montaña y se puede llegar a pie o a caballo, atravesando ríos y senderos de extensa flora y fauna.
En medio de este extenso bosque, los técnicos del programa de reforestación de la Universidad Ecotec de Guayaquil encontraron la temperatura y la pluviometría idóneas para el cultivo de balsa, especie de crecimiento extremadamente rápido, de tronco recto y cilíndrico, que puede llegar a medir hasta 25 metros de altura.
«Este es el mejor sitio para la siembra de balsa, aquí se encontraron todas las condiciones para que la planta en cuatro años esté lista para su comercialización… La tala se hará de manera responsable con un adecuado manejo», detalló Arturo Álvarez Arroyo, técnico de la entidad y líder del proyecto.
El compromiso de los comuneros es que por cada árbol cortado deberán sembrar dos nuevas plantas. Así se reforesta generando materia prima para la industria de la madera.
El proyecto busca estimular en las comunidades campesinas de Santa Elena el manejo de plantaciones maderables con fines comerciales.
Se optó por la balsa debido a la importancia que en esta zona se le ha dado a este tipo de madera. Además de la elaboración de artesanías se confeccionan tablas de surf, que a decir de especialistas son idóneas para este deporte. «En el pasado Mundial de Surf varios de los competidores extranjeros se quedaron encantados con estas tablas y creció la demanda… se las comercializa a un precio entre 400 y 500 dólares», indicó Jonathan García, de la empresa Balsa Surf Camp.
En marzo pasado inició el plan piloto de las primeras 30 hectáreas con la siembra de este cultivo, cuyas plantas en la actualidad ya miden entre 1,8 y 2 m de altura. Los seis comuneros participantes reciben de la Ecotec $ 90. Ellos se encargan de los viveros, trasplante, desbroce y mantenimiento.
María Cholango es una de las nativas que trabajan en este programa. Ella está optimista con los primeros resultados. «Nos sorprendimos cómo esta planta crece rápido, como dijeron los técnicos. Además, como el sembrío está en una parte donde permanentemente cae la lluvia, no necesita de mayor riego», comentó.
Ella sembró una hectárea con 625 plantas que están separadas por cuatro metros de largo y ancho. De esa manera la balsa podrá desarrollarse.
En los terrenos de los comuneros donde se cultiva la balsa se instaló un termómetro para a diario registrar la temperatura y conocer las variaciones. De esa manera podrá aplicarse algún nutriente orgánico en caso de problemas con el crecimiento o prevenir las plagas y enfermedades.
Situación similar se puede presentar por la falta y exceso de lluvia, por lo que también se ha instalado un pluviómetro.
El técnico Javier Vergara es el encargado de los equipos y de manera constante visita estos lugares para conocer si existen cambios atmosféricos. «Todo va bien, con seguridad en poco tiempo esta comuna se convertirá en la más importante en cultivo de balsa de toda la región», expresó.
El Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) está interesado en el plan y trabajará con la academia para darle mayor impulso, por lo que la reforestación se extenderá a las comunas Dos Mangas (donde también se sembrarán 100 hectáreas de balsas) y Barcelona (con cultivos de algarrobo y neem).