El Universo
El sector de calzado proyecta ventas por más de 300 millones de dólares en este 2013 y superar así la cifra de cierre del año anterior.
Así lo afirma Lilia Villavicencio, presidenta de la Cámara Nacional del Calzado, para quien el sector aún tiene barreras por vencer como una mayor capacitación y asistencia técnica para mejorar sus estándares de calidad, y el ingreso de productos por las fronteras.
Entre el 2006 y 2008 esta industria enfrentó una coyuntura difícil por el ingreso de calzado asiático a precios de hasta $ 5 el par que impedían la competitividad de la producción nacional. Villavicencio enfatiza que de los 3.200 productores que había quedaron 600.
No obstante, la medida de salvaguardia por balanza de pagos que adoptó el Gobierno en el 2009, al gravar con $ 10 el par, permitió una recuperación.
En el 2010, el Gobierno decidió aplicar un arancel mixto que grava con $ 6 cada par de zapatos importados más un 10% ad valórem.
Estos mecanismos han permitido que la producción de calzado suba de 15 millones de pares en el 2008 a 30 millones en el 2012 y si se toma como promedio un valor de venta de $ 10 por par, las ventas bordearon los $ 300 millones el año pasado. Para el 2013, según el gremio, todo apunta a superar esa cifra.
Las estadísticas de la Cámara reflejan que al momento, a nivel nacional, hay 5.000 productores de calzado y el sector genera casi 100 mil plazas de empleo directo e indirecto en toda la cadena productiva.
Según el Ministerio de Industrias, entre las principales acciones que ha impulsado para el sector está el acceso a créditos blandos de la banca pública, registro para importadores y exportadores de calzado para controlar las condiciones de competencia, mejoramiento de las normas de certificación de origen, actualización de 115 normas de estandarización e impulso a la certificación de productores.
Villavicencio destaca que los ministerios de Industrias y Coordinador de la Producción han apoyado también con la dotación de un laboratorio de biomecánica; asistencia técnica del Instituto de Biomecánica de Valencia, España, sobre estándares diferenciados de calidad y confort para atender a distintos segmentos de clientes (damas, niños, caballeros).
Además hay estudios especializados (antropométrico del pie) que permitirán al fabricante atender necesidades más precisas de los usuarios.
La dirigente gremial insiste en que persisten dificultades en la capacitación.
Otro problema es el ingreso de calzado por las fronteras con Perú y Colombia, sin pagar impuestos o subfacturados, por lo que considera que este tema debe ser revisado y controlado por las autoridades.
En la última feria internacional de calzado, que se realizó en junio pasado en Quito, se concretaron negocios por $ 5,1 millones.