Expreso
Marcelo González, capitán de la embarcación «Niña Kiara», junto a dos tripulantes, se prepara para salir a faenas de pesca. Son las 16:00 del lunes y el grupo de pescadores oriundos de Santa Rosa pone a punto su lancha para el zarpe. Viajarán 100 millas en el intenso océano y aspiran a regresar luego de tres días con gran cantidad de pesca.
Como ellos, decenas de artesanos se preparan para similar travesía, pero esta vez en las naves colocan más cobijas, calentadores y abrigos. Carlos Suárez ha dedicado 45, de sus 60 años de vida a la actividad pesquera. Y por su experiencia sabe que ha iniciado la época de días duros de faena.
Las bajas temperaturas, dice, han provocado que algunas especies se deban capturar a más de un centenar de millas desde el puerto, a diferencia de las 70 u 80 millas náuticas, de las que pescan en invierno.
Ese esfuerzo incrementa los costos de transporte, pues deben invertir más dinero en combustible. «Ahora se lleva entre 18 y 20 pomas de gasolina artesanal porque se tiene que viajar más lejos. Los gastos aumentan alrededor de 300 dólares por cada salida», explica.
La presencia de la corriente fría de Humboldt, señalan técnicos del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), provoca que la temperatura en el mar llegue a marcar hasta los 18 grados centígrados. El agua helada, según los pescadores, ha hecho que las capturas de ciertas especies, como el picudo, el dorado, la cherna, el pez espada, emigren hacia aguas más cálidas y que así empiecen a desaparecer y a ponerse más caras.
Al pie del mar, la libra de dorado que regularmente cuesta entre $ 1,5 y $ 2, ahora sobrepasa los $ 4. Este pez es uno de los que enfrenta el mayor encarecimiento, pues no solo el agua fría del mar lo ha hecho escasear, sino el período de veda que actualmente enfrenta.
En cambio, se puede encontrar en grandes cantidades la albacora y el bonito sierra, que se comercializa la libra entre 0,60 a 1,20 dólares.
Los Precios se elevan. Los efectos de las bajas capturas se reflejan en los mercados de mariscos de la ciudad. En la Caraguay los consumidores se quejan del alza de precios en especies como el picudo.
Ayer, la libra de ese pescado estaba hasta en $ 4, un dólar más que hace 15 días; mientras que la tilapia costaba hasta $ 0,30 más de lo habitual.
Andrés Tomalá explica a sus clientes que las bajas temperaturas están restringiendo la captura. Además de eso, dice, también ha influido la época de aguaje. «El mar a veces se muestra bravo y eso hace que los pescadores no puedan salir en sus embarcaciones. El que logra salir debe avanzar muchas millas más, pero a cambio de eso debe gastar más combustible», explica.
En la Caraguay, otro recurso que también se ha encarecido es el camarón. Hace un mes, la libra del crustáceo mediano estaba en $ 3, pero ahora se la encuentra en $ 4 o $ 4,50.
Las razones, sostiene el comerciante Nenvis Caicedo, son las mismas: Aguas heladas que imposibilitan la captura. «El frío provoca que este no se desarrolle mucho y que se afecte su crecimiento», dice.
Caicedo y otros proveedores del lugar también apuntaron que los precios se han elevado debido a que cada vez existe menos producto para la venta local. «Por los altos precios de afuera, la mayoría prefiere exportar y por ello se deja poco camarón en el país», asegura.
Sin embargo, no todo es negativo. La presencia de la corriente de Humboldt también ha hecho que otras especies, de aguas frías, como el bonito lideren la oferta en los mercados a un precio más económico. La libra está en $ 0,70 y no en $ 1,20 como se registró hace tres semanas.
Las especies que no han variado su valor son la albacora ($ 2,50) y la corvina ($ 3).