La Hora
«Primero el petróleo, después la gente». Con esta escueta y reveladora frase recibe Franklin Londoño a los clientes que acuden a comprar alimentos a Tienda Junior, el local que regenta en la calle principal de El Reventador.
Los 700 vecinos de esta parroquia llevan sin suministro de agua desde el pasado viernes, cuando se produjo el deslave que rompió una tubería del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE).
«Ayer (domingo) vino un tanque con agua, pero el viernes y el sábado estuvimos sin nada de agua. Se preocupan más en bombear petróleo que en ofrecernos unos servicios dignos. El domingo por la mañana hicimos una pequeña movilización de vecinos para quejarnos por la falta de atención que recibimos», declaró Londoño.
Las labores de reconstrucción de la tubería del SOTE se dan ininterrumpidamente desde la mañana del pasado viernes, cuando se produjo el desastre. Las persistentes lluvias impiden la reconstrucción del tubo suministrador. Juan Mejía lleva 17 años viviendo en El Reventador y está encargado de supervisar las tareas de reconstrucción del suministro de agua. «Hemos colocado una segunda manguera para que bombee agua, pero sigue cayendo lodo del deslave por las lluvias y se corta a menudo. En cuanto los trabajadores finalicen de soldar la tubería, podremos restaurar el agua», informó Mejía.
Los daños
Según el gerente general de Petroecuador, Marco Calvopiña, para las 22:00 de ayer se tenía previsto terminar la reparación del ducto averiado en una extensión de 75 metros.
Más de 10.000 barriles de crudo se desparramaron en la zona, según calculó la autoridad. Se teme que el petróleo haya afectado al río Coca, por lo que este cantón de Orellana y otras poblaciones aledañas se encuentran sin suministro de agua potable. Petroecuador distribuye diariamente más de 30 mil bidones de agua a las poblaciones afectadas.
Petroecuador informó que no se ha dejado de producir crudo, pero se ha declarado en ‘fuerza mayor’ a los contratos de comercio exterior y se ha reprogramado su despacho. Sin embargo, entre ayer y mañana se despachará aproximadamente un millón de barriles en dos envíos.
El vertido de crudo a los ríos Salados y Quijos es otra cuestión que preocupa a los vecinos. Ninguna de las fuentes oficiales preguntadas quiere ofrecer ningún dato «hasta que tengamos una versión oficial. Una parte del vertido, la más cercana a la localidad ya fue retirada a mano. La que llegó al río está siendo extraída a través del sistema de barreras que dejan pasar el agua y recogen el vertido».
Uno de los ingenieros informó que el diámetro de la tubería es de 26 pulgadas y que puede bombear unos 10 litros de crudo por segundo. Los vecinos aseguran que la tubería estuvo alrededor de una hora y media expulsando crudo.
Largas esperas
° La incomunicación es otro de los daños que sufre esta pequeña población de Sucumbios. Son cientos los camiones y carros que aguardan la apertura de la vía. Sus propietarios aguardan con resignada paciencia el momento de partir y pasean distraídos por la calle principal que vive una anormal actividad. «Llevamos varias horas esperando. Estuvimos en la reserva de Cuyabeno durante cuatro días y ahora volvíamos a Quito y vemos que no podemos pasar. La Policía nos dice que a las 17:00 van a abrir temporalmente la vía», explicaron Alex y Matt, una pareja de jóvenes estadounidenses.
Fuentes de Petroecuador en el sitio, que prefirieron no revelar su identidad, «porque no hay datos oficiales (hasta iniciada la tarde)», declararon que existe una estimación aproximada de que la vía se abriera sobre las 22:00 de ayer, pero recalcan que es una estimación «porque primero tenemos que terminar de soldar el tubo de abastecimiento de crudo y hasta que no se termine no se puede abrir porque las máquinas que utilizamos bloquean la vía». Estas tareas están siendo ralentizadas por la persistente lluvia y por un segundo deslave que se produjo en la tarde del domingo.
A pesar de la invasión de operarios, ingenieros y cuerpos de seguridad la normalidad continúa en El Reventador. En la Escuela Loja, la mayoría de los 93 alumnos han podido acudir a clase. «Hemos realizado clases con normalidad. Vinieron los padres de los 12 alumnos que viven en las aldeas para acompañarlos y avisar que no vendrían más hasta que se libere la vía», declaró su director, Próspero Angulo.
120
metros de tierra cayeron tras el deslave.
7
días durará el abastecimiento actual de las refinerías de Esmeraldas y La Libertad.