El Comercio
Primero fue el ‘boom’ del cacao que le dio vida a la hacienda La Clementina, que data de mediados de 1 800.
Luego de experimentar con otros cultivos, el banano fue el que mejores resultados económicos ha dado hasta hoy en ese predio. Por su gran extensión, la finca colinda con dos cantones de Los Ríos: Babahoyo y Montalvo. Según el Servicio de Rentas Internas (SRI), posee 11 500 hectáreas (has), pero de acuerdo con el departamento legal de la misma hacienda, el área llega a 12 200 has y produce 6 millones de caja de banano al año, el 1% de la oferta nacional.
Desde el martes pasado está intervenida por el SRI y resguardada por policías y militares para cobrar una deuda tributaria de USD 102 millones a Exportadora Bananera Noboa (EBN), del empresario Álvaro Noboa Pontón. Antes de él, otros cuatro propietarios -incluido su padre Luis Noboa Naranjo- tuvieron a cargo esta finca, considerada la más grande del país. Según registros históricos, el banquero y diplomático guayaquileño Clemente Ballén fue el primero en adquirir terrenos, hasta crear La Clementina. «Fue abuelito del ex presidente Sixto Durán Ballén. Estuvo casado con una señora Millán, hermana de mi bisabuela», rememora Bernardo Manzano, hasta el lunes administrador de la hacienda. Hoy es coadministrador con el SRI.
Manzano, quien dice conocer la historia de la hacienda a través de documentos de sus descendientes, destaca que tras el ingreso de plagas de cacao al país, como la escoba de la bruja, los herederos de Ballén vendieron el predio. Representantes de un banco alemán lo adquirieron y se mantuvo productivo con la ‘pepa de oro’ por aproximadamente dos décadas. Hasta que un año después de que estallara la Segunda Guerra Mundial (1940), se desprendieron de ese bien. La compró, entonces, una compañía sueca, cuyo apoderado era el reconocido Iván Bohman. En 1978, ya con cultivos de banano, la finca fue adquirida por Luis Noboa Naranjo.
Los 35 años bajo el dominio de la familia Noboa, ahora con una segunda generación, fueron interrumpidos la mañana del martes pasado. 860 policías, militares y funcionarios públicos ingresaron para notificar el embargo. «Lo mejor que pudo suceder es que allí viniera una delegación del Ministerio de Relaciones Laborales para que se acabe este mito del irrespeto a los trabajadores», sostiene el coadministrador. Según testimonios de algunos trabajadores, en esa finca no se les paga utilidades, y en el último año no se les ha reconocido el pago de los décimos, a decir de Próspero Mendoza, vicepresidente de la Fenacle, gremio de trabajadores campesinos e indígenas. «Los trabajadores de la hacienda están cumpliendo con sus labores hasta conocer el resultado final de la empresa», advierte. Inclusive, hay indicios de que los pagos de la Seguridad Social estarían atrasados para los obreros, según Carlos Marx Carrasco, director del SRI. En declaraciones al portal ecuadorinmediato.com. Carrasco sostuvo que Juan Noboa, hijo de Álvaro Noboa, visitó al director regional en Guayaquil para conocer sobre el remate de la finca. Y ver si era conveniente pagar la deuda, para recuperar el predio.
Cronología La familia de Clemente Ballén se registra como primera dueña de la hacienda La Clementina, ubicada en la parroquia La Unión, de Babahoyo. 1922 Los Ballén la venden a un banco alemán. Dos décadas después la compra una firma sueca, que decide sembrar banano. 1978 Luis Noboa Naranjo adquirió la hacienda, en donde expandió la bananera. La administró hasta su fallecimiento, en 1995. En 1997 Álvaro Noboa completa el 50 por ciento de acciones de la compañía bananera, tras ganar un juicio a sus hermanos.