Agencia Andes
En Carchi (norte andino de Ecuador) solo el 20% de las tierras aprovechables para la producción agrícola cuentan con un sistema de riego. Con una extensión de alrededor de 3.000 kilómetros cuadrados a este panorama se suma un déficit de pluviosidad, mal aprovechamiento del líquido vital, entre otras consideraciones.
Hay cantones en que la falta de lluvias llega a los 600 milímetros cúbicos de déficit en los cantones que los niveles de pluviosidad son bajos: Mira, Espejo y Bolívar. Por ello, en algunas de las parroquias de estas localidades, sus tierras tienen aspecto casi desértico.
Casos como el cantón Mira, sur del Carchi, impresionan: No suele llover cerca de 11 meses. Situación que contrasta con localidades como Chical y Maldonado (noroccidente de la provincia) donde hay una pluviosidad alta.
Los problemas de riego tienen raíz hace más de cien años.
«Había haciendas con 120 de antigüedad que tenían sistemas de riesgos propios y que se mantienen hasta la actualidad», dice Hólger Fuertes, director de Recursos Hídricos del Gobierno Provincial del Carchi.
«Los recorridos de estos canales son sinusoidales. Es decir, que recorren el contorno de la montaña. No van de un punto de llegada y partida directamente . Ahí se pierde el 50% de los caudales», agrega el técnico.
Estas acequias pueden llegar a los 92 kilómetros de conductos por donde fluye el agua. Una de las más largas y antiguas es la que nace en el volcán Chiles (limítrofe con Colombia) hasta el cantón Bolívar, el cual tiene 108 años de uso.
A partir de 1975, el Estado entró a regir la distribución equitativa del agua, pero aun así, gran parte del líquido vital está concentrado en pocas manos, según Fuertes. Se está a la espera de renovar los planes y una intervención integral para una dotar de mejor infraestructura.
Los efectos a corto y largo plazo llaman la atención. Hay zonas potencialmente productivas que sin riego están desperdiciándose. Si en Carchi, el 50% de la población económicamente activa depende la agricultura hay un riesgo palpable.
Del 20 % de tierra productiva solo el 8% tienen un riego tecnificado. Mientras que los agricultores del 80% restante esperan la época invernal. De allí que se presenten dos frentes para contraponerse a este problema: enfrentar el déficit y mejorar el uso del agua.
«Se la usa mal aquí y en todo el país. Antes, con la costumbre de la abundancia, se hacía el riego por surcos o inundación. Así solo se aprovecha solo el 15% de toda el agua. De cada 100 litros, los 85 los desperdiciamos», finaliza Fuertes.