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Hasta el 15 de diciembre pasado, estas naves langostineras tenían permiso para laborar en la pesca de arrastre. Pero esa actividad fue prohibida. Juan Carlos Correia, armador del barco Ana Julia, refirió que la nave estará entre 24 y 48 horas realizando pruebas en el Golfo de Guayaquil, con ocho tripulantes y un observador.
Al barco, con capacidad para transportar seis toneladas de carga, se lo equipó con redes diferentes a las que se usaban en la pesca de arrastre.
El producto recogido en esta fase de prueba será comercializado a plantas que tienen la intención de enviarlo al exterior. Correia indicó que el precio de venta dependería de la talla del producto.
Por su parte, Dámazo Zambrano, armador del barco Nathaly Estefanía, refirió que la mayor parte de las capturas la iba a destinar a exportación, mientras que otra cantidad enviaría a mercados de Santo Domingo, Portoviejo y Guayaquil, para promocionar el producto.
El armador obtuvo primero los permisos para las pruebas porque las dos embarcaciones que posee tenían equipos para pescar merluza.
Zambrano aseguró que aunque sus barcos poseían acuerdos ministeriales para faenar como langostineros, desde hace cuatro años se dedicaba a capturar merluza.
El precio del kilo de la especie en el exterior, dependiendo de la presentación, puede oscilar entre $ 1,80 y $ 2,10.
Las autoridades han mencionado que de aprobarse la actividad se podrían capturar de 17.000 a 30.000 mil toneladas anuales.
- Fuente:El Universo
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