LA HORA
Que ningún operador o piloto podrá dispersar, desde una aeronave, material o sustancia alguna, sobre zonas pobladas, centros educativos, reservorio de agua, ríos, esteros, granjas avícolas, colmenas y criaderos de animales en general, es la disposición que la Dirección de Aviación Civil (DAC) emitió la semana pasada, por pedido del Ministerio del Ambiente.
Además, ninguna empresa aerofumigadora o piloto “podrá realizar actividades de fumigación aérea y dispersión de cualquier material o sustancia a un radio inferior a 200 metros de un centro educativo”. A esto se suma que no se podrán realizar fumigaciones en horarios de clases y tampoco si la aeronave no está registrada en Agrocalidad. La medida es bien vista por quienes durante años han tenido que soportar los efectos del rocío de los plaguicidas sobre las plantaciones de banano.
Los habitantes a lo largo de la vía Luis Ángel León Román, conocida como la Vía Pajonal, en el sureste de Machala, ven como positiva la nueva disposición.
Flor Chuchuca, directora de la Escuela Eloy Alfaro, mencionó que el plantel tiene más de 40 años de vida institucional y durante todo este tiempo han soportado las fumigaciones.
En este centro educativo se educan 75 niños, a quienes, durante el tiempo que dura la fumigación, no se les permite salir a los patios, pues, por reiteradas ocasiones, habrían presentado picazón en la piel.
Elsa Ordóñez, principal de la Escuela 25 de Junio, por su parte, señaló que hasta el lugar han llegado alumnos del sector Nuevo Pajonal que no rinden y esto se atribuye a que son niños que viven en medio de las bananeras.
Al igual que en la Escuela Eloy Alfaro, optaban por no dejar salir a los menores mientras duran las fumigaciones, pero esto no ayudaba de mucho porque los olores causan alergias y estornudos, no sólo a los alumnos, sino también a los maestros.
Mientras tanto, los productores, aglutinados en la Asociación de la Cámara de Productores (Asocampro) están pidiendo que esta resolución sea revisada y se considere otros aspectos de aplicación. Caso contrario sería muy complejo, dicen, realizar esta actividad comercial, porque quebrarían los pequeños bananeros, que deberán contratar mayor personal para hacer las fumigaciones directas y ya no aéreas.
“Estamos hablando de 200 metros de foco por 100 metros perpendiculares al río, ya estamos hablando de dos hectáreas (…). Y, si cortamos todas las bananeras 200 metros, simple y sencillamente el banano en El Oro desaparece”, sentenció Jorge Álex Serrano, presidente de la Asocampro.
Esterilidad en el pasado
El problema de las fumigaciones no es nuevo. Entre las décadas de 1970 y 1980, alrededor de 800 personas de Los Ríos, Guayas y El Oro, quedaron estériles por causa del químico conocido como DBCP-Fumazone, utilizado en ese entonces por las empresas Estandar Fruit S.A., Dow Chemical y Dole, a las que se les instauró un juicio hace más de 15 años. Hasta ahora se desconoce el fallo.
Efectos
En el ser humano
– Junto a los planteles educativos en donde se fumiga también existen canales de riego hasta donde cae el plaguicida y causan mayor contaminación.
– Las avionetas que fumigan en la mayoría de los casos sería mínimo dos veces por semanas y el resultado es el mismo. Afectaciones en la garganta y picazón en la piel de las personas.
Los niños eran prohibidos de salir a los patios de sus escuelas mientras duraban las fumigaciones.
Fuente: La Hora