EL COMERCIO
Un grupo de importadores argentinos de banano ecuatoriano esperan desde el 12 de noviembre pasado la liberación de 600 contenedores que se han visto impedidos de ingresar a la Argentina. EL problema radica a partir de un conflicto con la Administración Nacional de Ingresos Públicos (AFIP, equivalente del SRI ecuatoriano) y algunas empresas importadoras. Tres días antes de comenzar la retención de la fruta ecuatoriana, el máximo responsable de AFIP, Ricardo Echegaray, había anunciado que el 14% de 20 000 empresas importadoras (2 882) tienen antecedentes de sobrefacturación y subfacturación.
Entre ellas, algunas de las que comercializan banano ecuatoriano en Argentina. Echegaray mencionó el caso de la firma Argenfruit, que realizó una compra de USD 50 millones de la fruta ecuatoriana, pero que habría sobrefacturado los precios para una fuga de divisas. Las 638 operaciones que realizó Argenfruit fueron registradas al precio para la Unión Europea (USD 6,9 la caja) y no el destinado para el Conosur (USD 4,44) y encontraron ahí una inconsistencia. “Lo encubren con la visión de la salida de divisas cuando en realidad se trata de una restricción a las importaciones que tiene como política este gobierno. Dicen que estamos sobrefacturando y otros están subfacturando. Lo que necesitan es equilibrar la balanza comercial y lo que no dice la información oficial es que están obstruyendo el libre comercio”, dice a este Diario Alberto Spinola, Gerente General de Argenfruit. Añadirá el hombre que dirige esta empresa que trae banano ecuatoriano desde 1994, y que ahora ingresas aproximadamente 150 contenedores semanales (corresponde aproximadamente al 50% del total que ingresa a Argentina) que ellos importan banano de la mejor calidad, a un precio FOB de USD 6,80 la caja. “Hay otro banano que es de menor calidad al que llamamos ‘conosur’ o de aprovechamiento, que es de menor calidad (USD 4,44 la caja) y hasta hay un tercer grupo destinado para Chile, a donde llega el producto que luego irá vía terrestre hacia Mendoza, desde donde se distribuye para el resto de Argentina”, cuenta Franco Sibilia, de Tropical Argentina. La falta de banana en el mercado minorista es evidente y también su impacto en los precios. Según constató EL COMERCIO en una verdulería del barrio de Flores, la caja valía 80 pesos (SD 20), ahora está a 300 (USD 75) y el kilo para el consumidor costaba 8 pesos (USD 2) y ahora está en 15 (USD 3.75), que llega por otras importadoras que no tienen ese problema ni tampoco el volumen de importación. “Nosotros solo traemos (la marca) Sabrostar, que es la mejor, pero dicen que hay un problema con la AFIP y estuvimos algunas semanas sin poder vender nada, pero ahora está muy caro”, dijo la vendedora. Según el embajador Wellington Sandoval, comenzó a tener contactos con la Cancillería para que se liberen los contenedores y puedan distribuirse por Argentina. NI desde la AFIP ni desde Cancillería supieron responder a las inquietudes de este Diario. “Tengo entendido que van por buen camino”, dijo Sandoval. Los importadores agradecen el gesto, pero sienten que las soluciones solamente pueden encontrarse en algo más allá de las voluntades diplomáticas. Si se trata de proteger la producción local, a los argentinos no les quedará otra alternativa que consumir la producción de Formosa (noreste), que no tiene la misma calidad ni cantidad porque su clima subtropical o pagar los elevados precios que significaría la ecuatoriana. La preocupación de los importadores radica en que ya pasaron los 30 días de conservación de la fruta y no saben cómo responderá la fruta en el proceso de maduración fuera de las cámaras. NO quieren cuantificar precios, solo responden que “las pérdidas serían invaluables”. “Una cosa es que nos controlen. No nos oponemos a ello, pero que nos dejen trabajar después de cinco semanas. Pueden decir que hay sobrefacturación, investigar, tomar medidas al respecto si hubiere sobrefacturación que no la hay, pero hasta que todo ese proceso ocurra, que nos dejen trabajar. Es un producto perecedero”, finalizó Sibilia.
Fuente: El Comercio